El Alavés castiga la resaca del Atlético y le complica la Champions

Dos dianas de bella factura decidieron el duelo entre equipos decaídos, en plena resaca. El vitoriano por la derrota de la jornada anterior en Granada, ante un rival casi descendido, que le impidió respirar todavía tranquilo en cuanto al descenso. El madrileño después del aluvión del Borussia en Dortmund que precipitó su adiós a la Champions cuando los colchoneros soñaban con las semifinales.

Esa situación anímica la enfocó mejor el Alavés, espoleado por la derrota del Cádiz en Girona que le permitía abrir un hueco considerable respecto a la zona roja. Mucho más enchufado el conjunto babazorro, tanto que se cargó con dos amarillas en los primeros minutos pero también castigó mediante un maravilloso golpeo de interior de Benavídez, que la colocó donde quiso desde la frontal del área atlética y aprovechó la falta de contundencia rojiblanca en el despeje.

El tropiezo hizo mella en el Atlético, con muy poca energía. Y es que los hombres del Cholo Simeone salían perdedores de cada duelo. El contraste de intensidad era total respecto a Guridi, Kike García o el propio Giuliano Simeone. No hay peor cuña que la de la misma madera, debió pensar su padre en el banquillo visitante, con su equipo desbordado por la generosidad en el esfuerzo del Alavés.

El uno contra uno de Lino, recurso individual frente al naufragio, fue de lo poco reseñable en la primera parte de un Atlético alicaído en Mendizorroza. La más clara de los visitantes fue un disparo alto de Giménez, que permitió vislumbrar algún brote verde atlético antes del descanso. Esa sensación se la pudo cargar una mano de Azpilicueta en el área colchonera, pero Gil Manzano, auxiliado por el VAR, interpretó que se produjo tras un impacto previo en la cabeza del navarro.

Con Saúl como recurso desde el banquillo, el Atlético pareció dar un paso adelante después de la pausa, aunque su mayor ímpetu en la presión generó al Alavés la posibilidad de castigar a la contra, como en una transición que culminó Kike García con un remate elevado. En el extremo contrario del campo mucha posesión rojiblanca cerca del área vitoriana, pero baldía sin capacidad para desafíar el sólido entramado defensivo blanquiazul.

Fue un quiero y no puedo del Atlético, que tardó mucho en amenazar con el empate. Primero con un remate centrado de Lino, tímido, a las manos de Sivera, tras una buena combinación con Correa. Después con el disparo del argentino, el más activo al final, que al menos le dio más trabajo al portero del Alavés. Demasiado tarde, pues el equipo colchonero no generó mucho más y se fue a la lona con el golazo de volea de Rioja. Llegará al duelo directo por la Champions ante el Athletic de la próxima jornada con solo tres puntos de margen sobre el campeón de Copa. Le queda el Metropolitano, donde este visitante tan poco fiable cambia por completo.