El clamor es general: esto no puede seguir así, el VAR es una chapuza

Ha llegado el momento de que los clubes, con el apoyo de técnicos y futbolistas, se planten todos juntos y exijan una revisión profunda del modelo. Es urgente acabar de una vez con este disparate

Miércoles, 22 de marzo 2023, 01:15

Como las cosas funcionan así, ha sido necesario que el madridismo se rasgue en masa las vestiduras porque un fuera de juego por milímetros impidió a su equipo el domingo seguir disputándole la Liga al Barça para que la larga polémica del VAR se haya ... elevado hasta cotas desconocidas. Son muchos, de hecho, los que ya dan por sentenciado este invento en su actual modelo de aplicación y exigen un debate conjunto de todos los estamentos del fútbol profesional español para solucionar lo que ya consideran «un problema de Estado». Decir esto último en un país que ayer asistió en el Congreso de los Diputados a una 'performance' que invitó a hacer cola en sus fronteras pero no para entrar sino para salir, es una ligereza. No cabe duda. Pero es evidente que el problema existe y que está provocando un desconcierto y una irritación nunca vistos entre millones de aficionados al fútbol. Esto, sencillamente, no puede seguir así.

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Hinchas, presidentes, máximos accionistas, directivos, entrenadores, jugadores, delegados, médicos, fisioterapeutas, utilleros, periodistas, tuiteros, youtubers... Hasta un buen número de árbitros. El clamor es general. Existe casi unanimidad en que la aplicación del VAR está siendo una chapuza y que lo que debería ser una gran herramienta tecnológica para aumentar la justicia en el juego se ha convertido en una fuente insoportable de arbitrariedades. Partido tras partido, aumenta la percepción de que se está dinamitando la naturalidad del fútbol, llenándolo de interrupciones e incertidumbre, de celebraciones de gol inútiles o retardadas, de tiempos vacíos en los que la jugada continúa sabiendo que va a ser anulada, de posturas forzadas de los jugadores por pánico a las manos involuntarias, de fueras de juego por milímetros...

Se acabó el concepto 'jugador en línea'

Sobre estos últimos convendría detenerse un poco y no porque el de Asensio en el Camp Nou haya traído tanta cola sino porque son muy reveladores. Ocurre que el concepto de 'jugador en línea' ya no existe porque la tecnología anula por principio su existencia. Al fin y al cabo, siempre habrá un futbolista más adelantado que otro, aunque sea medio milímetro o una micra. Y, claro, lo que ocurre es con la desaparición de ese viejo concepto, aunque algunos modernos no se enteren y lo consideren un anacronismo, desaparece la posibilidad de hacer justicia en esas jugadas tan al límite. Porque lo justo es que no se penalice a un jugador que no saca realmente ventaja con su posición. ¿Y acaso es una ventaja en el fútbol estar adelantado un centímetro, ya sea con el flequillo o con la punta de la bota? ¿Desde cuando?

Lo cierto es que se ha llegado a un punto de desconcierto monumental. Por primera vez en la historia de este deporte, sus protagonistas no saben a qué atenerse con los arbitrajes. Y no por ignorancia sino porque los criterios de los árbitros y de los responsables del vídeo a la hora de intervenir o quedarse en silencio cambian con más facilidad que los principios de Groucho Marx, de manera que una misma jugada unas veces se pita de una forma y otras, de la contraria. Y esto, que ha ocurrido toda la vida, se podía aceptar con cristiana resignación en los viejos tiempos, cuando semejante incoherencia se explicaba por el error humano, pero no ahora que una serie de señores, el árbitro y sus compañeros de la sala VOR, han visto perfectamente la jugada.

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Revisión profunda del modelo

Parece claro que ha llegado el momento de que los clubes, con el apoyo de técnicos y futbolistas, se planten todos juntos y exijan una revisión profunda del modelo. Es urgente acabar de una vez con este disparate y que se siga permitiendo que lo que parecía ser una buena solución para traer la justicia al fútbol se convierta definitivamente en un problema mucho mayor que el que vino a solucionar. No estaría mal que hagan propuestas y se genere un debate que, hoy por hoy, interesa a todo el mundo. La única excepción, quizá, serían todos esos expertos arbitrales sobrevenidos que se dedican a alumbrarnos interpretando los designios del VAR y de los nuevos reglamentos, al estilo de los arúspices que en la antigua Roma interpretaban y desvelaban el futuro observando las entrañas de los animales.

Ernesto Valverde ya adelantó hace unas semanas una propuesta interesante. Que el VAR intervenga solo en casos muy concretos: si un balón traspasa o no la línea de gol, las agresiones merecedoras de expulsión o los goles en fueras de juego muy claros que no precisen de tirar línea alguna. Y a partir de ahí, que cada equipo tenga dos oportunidades, dos 'challenges' como las que existen en el fútbol americano, para exigir que el árbitro consulte el vídeo y de viva voz explique luego su decisión. Parece una buena idea. Por supuesto que las polémicas arbitrales no se acabarían. Son consustanciales al fútbol, como el azafrán a la paella. Pero la mejoría sería enorme. Sencillamente, sabríamos a qué atenernos.

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