El Betis no sabe lo que es perder en 2021

Los sevillanos no tienen nada que ver con el equipo que eran a finales de noviembre, cuando cayeron por 4-0 en San Mamés. Aquel día la plantilla rojiblanca regaló una goleada a su entonces entrenador, Gaizka Garitano, que comenzaba a ser cuestionado y que sería destituido un mes después.

El Betis ha vivido en lo que va de año toda una resurrección. De tener a su técnico en el alambre por derrotas como la de La Catedral o el 0-2 que le endosó el Eibar en el Villamarín en la siguiente jornada o la dolorosa caída ante el Granada por 2-0 antes de Navidad a soñar con jugar en Europa -los béticos están ahora mismo a dos puntos de la sexta plaza-. Todo ello después de ocho partidos consecutivos en los que no han conocido la derrota.

Varios son los motivos por los que los verdiblancos han alcanzado su mejor momento. El principal, como ha reconocido el propio entrenador chileno, el regreso de Sergio Canales. El cántabro es una pieza fundamental en su esquema y su ausencia ha mermado el juego de los andaluces. Se lesionó con España en la histórica victoria de La Roja ante Alemania (6-0), justo seis días antes del partido en San Mamés. La rotura de fibras en el bíceps femoral le mantuvo en el dique seco más de un mes. Volvió a una convocatoria en el partido ante el Levante de fin de año.

Su regreso ha coincidido con la remontada de los andaluces. Otra de las razones que explican la mejoría tiene que ver con que el entrenador ha sabido hacer un grupo e implicar a los habituales suplentes. El caso más paradigmático ha sido el de Borja Iglesias. Fichado en el verano de 2019, el 'Panda' supuso el segundo mayor desembolso de los béticos por un jugador -costó 28 millones, solo superado por los 32 que se pagó por el brasileño Denilson-. Su rendimiento, sin embargo, ha dejado mucho que desear. No ha sido ese goleador que se esperaba, e incluso esta temporada ha sido un fijo en el banquillo.

El técnico chileno ha sabido trabajar con paciencia con el ariete gallego y recuperarle para la causa. Lleva cuatro goles esta temporada, tres de ellos en la última semana. Marcó dos para eliminar a la Real Sociedad, ambos en la prórroga, y anotó también el de la victoria ante Osasuna el lunes, a diez minutos del final del encuentro.

Los del Benito Villamarín quieren que la racha prosiga. La Copa les es esquiva desde 2005, cuando precisamente eliminaron al Athletic en semifinales. En 2019 estuvieron muy cerca de llegar a la final. Ganaban 2-0 en el partido de vuelta ante el Valencia y ya atisbaban el pase de la eliminatoria cuando los ché, entonces entrenados por Marcelino García Toral, les empataron en el tiempo reglamentario y dieron el golpe definitivo en la prórroga. Aquel año, el Valencia se impondría en la final al Barcelona, siendo el último ganador de la Copa que se conoce.