Cura de realidad antes del clásico

«A lo largo de los años, la visita a la Real Sociedad siempre es una de las más difíciles. Hemos ganado allí en los dos últimos años, pero este club venía de una racha muy mala allí. A eso hay que añadirle que la Real está haciendo una gran temporada, que es cuarto, con un gran fútbol, con jugadores muy importantes de medio del campo hacia adelante. Ya nos hicieron sufrir con su presión en el último partido que jugamos en el Camp Nou. Nos costó mucho, nos apretaron bastante. Aquel es el partido de referencia. Será un partido duro», comentó Valverde.

Aunque Alba y Semedo ya están recuperados, no así Arthur y Dembélé, no se esperan cambios en el once respecto al que ganó al Mallorca en la pasada jornada. Con la clasificación para la Champions asegurada, Ter Stegen, Messi, Piqué, Sergi Roberto y Busquets no jugaron entre semana ante el Inter y estarán frescos. Y Griezmann, Luis Suárez, De Jong y Rakitic, dosificados, tampoco disputaron completo el partido de Milán. Sólo Lenglet y Junior hicieron el sobreesfuerzo. No hay razón para pensar en que Valverde vaya a cambiar un once y un 4-3-3 que le está funcionando, ya con Rakitic titular. «Si juega es que se lo está ganando», afirmó el técnico, aunque sin cerrar puertas a lo que pueda pasar en el mercado de invierno, como en el caso de Arturo Vidal.

Imanol Alguacil, por su parte, tiene la esperanza de que su equipo ponga en apuros al Barça pese la presencia de Messi, que ya ha marcado 15 goles a la Real «Es el mejor jugador que ha existido nunca, ni Valverde sabría cómo pararle», proclamó, aunque afirmando que «no me preocupa el Barcelona, me preocupa lo que vayamos a hacer nosotros. Si tenemos un buen día, estaremos cerca de competir y de ganar, por empuje de la afición, por atrevimiento y por ganas». Y pidió efectividad: «Sabes que el Barcelona de dos te marca una o las dos. Cuanto más efectivo seas en el área rival, más opciones vas a tener. Los grandes tienen ocasiones y acierto y mañana tenemos que estar como un grande».

Tras ser recibido con pitos e insultos por la afición de Atlético hace dos semanas, Griezmann vivirá un nuevo reencuentro con los que fueron sus primeros seguidores en España como exjugador de la Real Sociedad. Como colchonero también fue silbado, aunque puede que como azulgrana haya menos animadversión.

La Real tiene un problema defensivo. Aritz Elustondo está lesionado y su sustituto, Robin Le Normand, vio el domingo su quinta amarilla y será baja por sanción. La solución más probable seríar Zubeldia como central 'zurdo', acompañado de Diego Llorente, con el joven Ander Guevara de medicentro. Por delante, Martin Odegaard, Mikel Merino, Oyarzabal, Portu y Willian José, un ataque alabado por Valverde.

Frenazo al Barcelona justo antes de afrontar el clásico. El conjunto de Ernesto Valverde fue incapaz de vencer a la Real Sociedad días antes de que los dos primeros clasificados se vean las caras para dirimir la primera plaza de esta Liga.

Tras seis victorias seguidas, el conjunto donostiarra echó sobre el Barça un auténtico jarro de realidad desmontándolo casi por completo con un fútbol vertiginoso. Los dos goles y el penalti escamoteado en los segundos finales no deben servir de excusa para un equipo en el que no apareció Messi y que sacó algo de rédito de Anoeta merced a su enorme potencial ofensivo.

Fue mejor la Real, mucho mejor, comandada por un torbellino llamado Odegaard. El Barça, descompuesto, bien pudo cantar victoria, pero no siempre la suerte cae del lado del grande.

Celebró la Real las tablas ante el líder, pero un visionado posterior más sosegado dejará un poso de amargor al equipo de Alguacil. Y es que a estas alturas de la película, todo el mundo es consciente que los errores se pagan ante rivales como el Barcelona. El equipo azulgrana es capaz de sacar rédito de cualquier resquicio. Fue tras un gazapo de Llorente cuando el equipo de Valverde, bloqueado hasta el momento, logró alcanzar el descanso con igualdad en el marcador.

La Real se estaba marcando un partido brillante, eléctrico, vertical, en el que tenía al rival noqueado, parapetado atrás, más preocupado de achicar balones (imponente Piqué) que de buscar la meta defendida por Remiro.

Con cuentagotas llegaba el Barcelona al área rival, mientras que la Real era todo virtuosismo conducido por un omnipresente Odegaard. Por fin el noruego parece mostrar todo aquello que apuntaba cuando siendo un crío lo fichó el Real Madrid. Es e Anoeta cuando se está viendo su mejor versión.

Pero ni la clarividencia del nórdico, ni el gol de Oyarzabal desde los once metros tras un penalti ridículo de Busquets permitieron al equipo de Alguacil llegar al ecuador en ventaja. Griezmann volvía a definir con sobriedad y maestría como días atrás elevando el balón al portero viniendo en carrera. El gol del francés, no celebrado por su pasado txuri urdin, fue el soplo de aire fresco que tanto necesitaba el Barcelona.

Tal fue así que pese al buen arranque de los locales tras el descanso, a los pocos minutos de la segunda mitad llegaba un nuevo mazazo. Otro desajuste y gol de Luis Suárez que aprovecha un regalo de Messi. Eso sí, fue un paréntesis en el partido.

Alguacil se frotaba los ojos ante tal descomposición cuando los suyos habían firmado un inicio de partido idílico. Por ello, movió el banquillo para reactivar a los suyos. Y el equipo reaccionó. Su privilegiada posición en zona Champions no es casual. Reapareció el juego vertical del cuadro vasco y se fue nuevamente en busca de la portería de Ter Stegen. No tuvo mucha fortuna el alemán en el gol del empate permitiendo a Isak batirlo con total franqueza tras un rechace plano que dejó al sueco marcando su tercer gol como realista.

Sabiendo que el empate era un mal menor, Valverde también movía efectivos para buscar los tres puntos que dieran el respaldo anímico necesario previo al clásico. Y el choque entró en un impás donde ambas escuadras estaban más preocupadas en atacar que defender.

Corrían todos en busca de la meta rival, pero el gol no llegaría. Reclamó el Barcelona un penalti igual de señalable que el sancionado a Busquets, pero se tuvo que conformar con la suficiencia del trencilla.

Necesita este Barcelona que aparezca siempre Messi de una forma u otra. Habrá que ver si el argentino se ha reservado para el duelo del miércoles. Por lo pronto, la Real ha frenado la inercia ganadora de los azulgrana que pueden perder el liderato esta jornada.