El duelo entre el Aston Villa de Unai Emery y el Brujas ha dejado la gran anécdota en la cuarta jornada de la Champions. Un penalti absurdo condenó al equipo de Birmingham comandado por el técnico vasco que venía de firmar una racha triunfal. Sin embargo, los ingleses finalizaron la contienda estupefactos encajando una derrota que ha sorprendido a todos.
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Corría el minuto 50 sin goles en el marcador, cuando el colegiado, el alemán Tobias Stieler, señaló saque de puerta a favor del Aston Villa. El 'Dibu' Martínez, recién proclamado mejor portero del mundo, puso en juego el balón y lo cedió hacia su central Mings, que regresaba a los terrenos de juego tras un año de baja por lesión.
El defensor inglés cogió el esférico con las manos para poner él mismo la posesión en juego, pero era mano y penalti. Los jugadores del Brujas corrieron a por el árbitro para protestar y, efectivamente, el colegiado indicó la pena máxima.
Vanaken no perdonó desde los once metros y celebró a lo grande el tanto del equipo belga ante la perplejidad general. El conjunto de Emery llegaba a este partido con tres triunfos de tres, pero una jugada delirante, que recuerda a episodios parecidos como el protagonizado por Sergio Ramos en Mestalla allá por 2006 o, el año pasado, por David Raya y Gabriel con el Arsenal, les hizo terminar el partido de vacío.
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