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El avión que debía devolver a la expedición del Tottenham a Londres ya había arrancado motores. Era casi media noche del miércoles. En el vestuario del equipo inglés seguía el jolgorio y fuera, en la zona mixta, había un jugador que no dejaba de atender ... a los medios de comunicación sin haberse duchado aún. No tenía prisa. Era un hombre feliz, un futbolista al que las dos últimas eliminatorias de la Champions le han cambiado la vida porque su presencia en el césped ha sido clave para disputar el 1 de junio la final en Madrid. Era Fernando Llorente, el delantero que en enero buscaba desesperadamente una salida para reactivar su carrera y al que la Liga de Campeones ha devuelto a la primera línea de combate.
«La entrada de Llorente marcó la diferencia». Lo dijo Louis van Gaal, pero lo comparten la inmensa mayoría de analistas y aficionados que siguieron el apasionante Ajax-Tottenham con victoria del conjunto inglés en la última jugada del tiempo de descuento tras irse a los vestuarios con un 2-0 que parecía definitivo. La entrada del riojano resultó providencial. Los holandeses encajaron un hat-trick de Lucas Moura, en el que dos de los tantos contaron con participación del exfutbolista del Athletic. «Es alto, fuerte, Pochettino jugó con él sus bazas», añadió el prestigioso tecnico holandés mientras rumiaba con amargura la dolorosa derrota del equipo en el que debutó en 1991 y se hizo grande como entrenador al llevarle a ganar la Champions en 1995, la última de las cuatro que lucen en el palmarés del combinado holandés. Mientras, Pochettino sacaba pecho de su acertada apuesta: «Buscamos otra fórmula para superar a la defensa del Ajax. Lo importante es la capacidad de adaptarse, de tener alternativas».
Con muy poca presencia en la Premier, Llorente ha explotado en los encuentros de Champions hasta el punto de haberse convertido en el protagonista de los dos últimos cruces europeos ante el City (marcó el 4-3 definitivo) y el de este miércoles contra el Ajax. Ha sido el revulsivo cada vez que los de Pochettino han tenido pie y medio fuera de Europa. Pocos imaginaban una remontada. Parece que solo creía en ello un técnico como el argentino. Dio entrada a Fernando Llorente y volvió a salir el sol. Anclado en la posición de ariete -en los últimos minutos el Tottenham no paró de mandar balones largos al área en busca de un remate de cabeza certero-, dio más libertad para que Moura explotara su velocidad y jugara a placer. Había que marcar nada más y nada menos que tres goles. El segundo balón que el brasileño mandó a la red llegó tras un remate a bocajarro de Llorente que impactó en Onana. El rechace acabó en las botas de Moura, que hizo una auténtica genialidad pese a estar acorralado por la defensa rival. Y la clasificación para la final ante el Liverpool llegó en un último acto de fe colectivo gracias a un balón que el riojano bajó para Alli y que el brasileño ajustó al palo. «Increíble, todo lo que hemos conseguido», celebraba tras el partido el de Rincón de Soto.
¿La decisión de Pochettino fue un acto desesperado en busca de un milagro o había estudiado una situación similar en la que Vicente del Bosque tiró de Llorente para desatascar un partido que el salmantino vio que se le iba de las manos? Fue en el partido de octavos de final del Mundial de Sudáfrica. Ante Portugal. El periodista Jon Agiriano lo contó así: «El seleccionador no pudo ser más valiente. Olvidándose de galones, jerarquías y hasta de la corrección política, sacó a Fernando Llorente en lugar de Fernando Torres. Suele decirse que los partidos molestos y apretados se ganan en los pequeños detalles y quizá el de Ciudad del Cabo se ganó en esa sustitución. Y es que el efecto Llorente fue inmediato. Tuvo algo de electroshock. En su primera intervención, el delantero del Athletic estuvo a punto de hacer el 1-0 en un cabezazo en plancha. Se la sacó Eduardo, un gran portero, de lo mejorcito que se ha visto en el Mundial. La ocasión desató a España, que olió la sangre y se vino arriba. Es lo que se espera de los grandes depredadores. Villa dispuso de inmediato de dos ocasiones y, en la segunda, tras una magistral combinación entre Iniesta y Xavi, y con el delantero de Rincón de Soto fijando a los centrales con su corpachón, hizo el 1-0». El tanto de la victoria. Como en Amsterdam.
Vive Fernando Llorente una nueva vida gracias a la Champions. En enero se barajó su salida, pero la lesión de Harry Kane trastocó todos los planes. Por aquel entonces su regreso al Athletic parecía una realidad, pero fue retenido por el Tottenham. Ahora que en Bilbao volvía a sobrevolar la idea de su fichaje los 'spurs' empiezan a contar con un buen puñado de razones para no dejarlo marchar. Acostumbrado a la suplencia, quizás su papel determinante en las eliminatorias le sirva finalmente para continuar en el club inglés.
El delantero afrontará el próximo 1 de junio su tercera final continental, la primera de Champions. Se quedó con la miel en los labios con la derrota del Athletic ante el Atlético de Madrid en la Europa League de 2012 y cuatro años más tarde la logró con el Sevilla, aunque desde el banquillo. Los 'spurs' se medirán con el Liverpool en el Wanda Metropolitano tras vapulear los de Klopp al Barcelona en el otro cruce de semifinales.
Si finalmente los 'spurs' levantan el trofeo de la Champions en Madrid, Llorente agrandará una vitrina en la que cuenta ya con un Mundial y una Eurocopa. En su paso por el Sevilla se colgó la medalla de ganador de la Europa League y con la Juventus sumó dos Ligas, dos Supercopas y una Copa de Italia.
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