El Real Madrid denuncia los insultos racistas a Vinicius ante Fiscalía

El club blanco emite un duro comunicado por lo que considera «un delito de odio» y un «ataque directo al Estado social y democrático de derecho» | La política y los estamentos del fútbol internacional se posicionan con el brasileño mientras el presidente de LaLiga ataca al jugador

A. Mateos | J.M. Mallo

Domingo, 21 de mayo 2023

El Real Madrid era el único actor que faltaba por pronunciarse tras los insultos racistas que recibió su jugador Vinicius ayer en Mestalla. A mediodía, el club blanco ha emitido un duro comunicado donde informan que acudirán a la Fiscalía al considerarlo «un delito de odio» y un «ataque directo al modelo de convivencia de nuestro Estado social y democrático de derecho».

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El club expresa «su más enérgica repulsa y condena los hechos sucedidos» y anuncia que se presentará como acusación particular. En el comunicado, además, se hace alusión al artículo 124 de la Constitución que «establece como funciones del Ministerio Fiscal promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad y de los derechos de los ciudadanos y del interés público».

Si la denuncia prosperase, los autores de tales delitos de odio se expondrían a sanciones penales en un juicio, que podrían llegar hasta penas de cuatro años de cárcel. Esta vía paraliza la deportiva, lo que provoca que se pospongan posibles sanciones al Valencia o a la Grada de Animación de Mestalla.

Los insultos racistas que recibió Vinicius por parte de un sector de la afición de Mestalla ya están en boca de todos, desde políticos hasta máximos dirigentes del fútbol internacional. El último en pronunciarse ha sido el propio presidente de la FIFA, Gianni Infantino, que publicó un mensaje en su cuenta de Instagram: «Toda nuestra solidaridad con Vinicius. No hay lugar para el racismo en el fútbol ni en la sociedad, y la FIFA apoya a todos los jugadores y todas las jugadores que lo han sufrido en carne propia. Los acontecimientos ocurridos durante el partido entre el Valencia y el Real Madrid demuestran lo crucial de esta lucha».

La tensión por lo ocurrido dentro y fuera del campo de Mestalla también llegó hasta la cumbre del G7 en Hiroshima. El presidente de Brasil, Lula da Silva, atendió a la prensa durante el cierre de la cumbre para defender a su compatriota y, de paso, criticar la actitud de los dirigentes del fútbol español. «No podemos permitir que el fascismo y el racismo se apoderen de los estadios de fútbol», afirmó dirigiéndose a LaLiga y al resto de autoridades competentes.

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Lula, al igual que hicieron los clubes de la liga brasileña, salieron en defensa de Vinicius horas después de que denunciase haber recibido insultos racistas en Valencia. «No es posible, en pleno siglo XXI, tener un prejuicio racial tan fuerte en tantos estadios de fútbol. Es injusto que un pobre chico a quien le ha ido tan bien en la vida, que tal vez se convertirá en el mejor del mundo -ciertamente es el mejor en Real Madrid- sea insultado en cada estadio en el que juega», insistió.

Tebas ataca a Vinicius

Los gritos de «mono» comenzaron con la llegada del equipo blanco a Mestalla. Un numeroso grupo de aficionados insultaron al brasileño con el ya famoso cántico que tantas veces se ha escuchado. Las imágenes, que se hicieron virales tras el partido, demuestran que los insultos comenzaron antes del choque.

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Y Vinicius, que acabó expulsado por una agresión, lo denunció en sus redes sociales nada más concluir el partido: «El premio que los racistas ganaron fue mi expulsión. No es fútbol, es LaLiga». Sin embargo, el futbolista del Real Madrid recibió la oposición de Javier Tebas, presidente de LaLiga, en su denuncia contra el racismo. Al máximo dirigente no le gustó nada que Vinicius se apropiase de su eslogan y cargó contra el futbolista: «Ya que los que deberían no te explican qué es y qué puede hacer LaLiga en los casos de racismo, hemos intentado explicártelo nosotros, pero no te has presentado a ninguna de las dos fechas acordadas que tú mismo solicitaste. Antes de criticar e injuriar a LaLiga, es necesario que te informes adecuadamente, Vinicius. No te dejes manipular y asegúrate de entender bien las competencias de cada uno y el trabajo que venimos haciendo juntos».

Solo habían transcurrido unas horas de lo sucedido en Mestalla y la polémica ya se expandía por todo el planeta. Desde jugadores en activo como Neymar o Mbappé, hasta históricos como Ronaldo Nazario o Rio Ferdinand. Ellos también explotaron contra el racismo.

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Cuando Vinicius aterrizó en Madrid y leyó la reacción de Tebas en Twitter, explotó. «Una vez más, en lugar de criticar a los racistas, el presidente de LaLiga aparece en las redes sociales para atacarme. (...) Por más que hablas y finges no leer, la imagen de su campeonato se estremece. Mira las respuestas a tus publicaciones y llévate una sorpresa... Omitirlo sólo te hace igual a los racistas. No soy tu amigo para hablar de racismo. Quiero acciones y castigo».

Antes de que Tebas contestase al brasileño, Vinicius le dio a LaLiga donde más le duele: en su actual nivel futbolístico. «El racismo es normal en La Liga. La competencia cree que es normal, así que la Federación y los oponentes lo animan. Lo siento mucho. El campeonato que una vez perteneció a Ronaldinho, Ronaldo, Cristiano y Messi, hoy pertenece a los racistas». Y Vinicius, aunque al principio no quiso señalar a todo un país, al final, terminó haciéndolo: «Una hermosa nación, que me dio la bienvenida y me encanta, pero que aceptó exportar la imagen al mundo desde un país racista. Perdón por los españoles que no están de acuerdo, pero hoy en Brasil, España es conocida como país de racistas». El comunicado del jugador acaba con una advertencia a los dirigentes: «Soy fuerte e iré hasta el final contra los racistas. Aunque esté lejos de aquí».

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Los cruces de declaraciones entre futbolista y dirigente se repitieron este lunes. Tebas recriminó al madridista sus palabras sobre la sociedad española: «Ni España ni LaLiga son racistas, es muy injusto decir eso». Y, también sobre el fútbol español: «No podemos permitir que se manche la imagen de una competición que es sobre todo símbolo de unión entre pueblos, donde más de 200 jugadores de raza negra en 42 clubes reciben cada jornada el respeto y el cariño de toda la afición, siendo el racismo un caso extremadamente puntual».

Las palabras de Vinicius sobre si España es un «país racista» han escocido. Aunque desde la Federación Española de Fútbol le han dado la razón. A primera hora de la tarde, Luis Rubiales alzaba la voz contra lo sucedido en Valencia. Lo primero que ha hecho es reconocer que «tenemos un problema en nuestro país de eduación y racismo». A diferencia de Javier Tebas, el presidente de la FEF cree que «mientras que haya un aficionado o grupo de aficionados que insulte por condición sexual o color de piel tenemos un grave problema que mancha a todo un equipo, afición y todo un país». Y reitera su apoyo y el de la Federación a Vinícius o cualquier jugador o jugadora que reciba algun insulto de esta índole.

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También aprovechó para atacar a su homólogo en LaLiga mientras se dirigía a la Federación brasileña: «Quiero que ignore el comportamiento del Presidente de LaLiga. No era el momento de entrar a debatirlo por Twitter», afirmó tras invitar al presidente de la confederación de Brasileña de fútbol a visitar España. Sobre las consecuencias que pueden tener los insultos racistas a Vinicius, Rubiales recuerda que «ha habido estadios cerrados o parcialmente cerrados» y pide a los clubes que «no dilaten injustificadamente los procedimientos (ante Competición) aunque duelan». El presidente finalizó su intervención con una rotunda advertencia: «El comité actuará y estoy seguro que va a sancionar».

La polémica también se trasladó a primera hora de este lunes a la política. Los principales gobernantes del país se han pronunciado sobre los hechos ocurridos y todos ellos coinciden en condenar lo sucedido ayer en Mestalla. La ministra de Igualdad, Irene Montero, cree que hay que ser capaces de que «haya un gran cordón social frente al racismo, frente a la xenofobia y que proteja la sociedad» española, que es una «sociedad diversa y que respeta a todo el mundo, sea cual sea el color de su piel». La titular de Igualdad reclama que «desgraciadamente, a veces, se usan poco para poder combatir el racismo en el deporte». En la misma línea se ha mostrado la vicepresidenta Yolanda Díaz y el ministro de consumo, Alberto Garzón.

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La que sí ha ido más allá de una simple condena es la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. La dirigente del PP, madridista confesa, recrimina a Vinicius sus palabras: «España no es un país racista». Y lo compara con la pitada al himno en las finales de Copa: «Esto mismo ocurre también las ofensas contra el Rey y contra otras muchas personas. Los campos de fútbol nunca se pueden convertir en esto. No sé si habría que haber parado el partido y tomar medidas, pero todos nos tenemos que ocupar de esto. Es una imagen realmente perjudicial y es mentira».

El fútbol español, marcado por los antecedentes

Como recuerda Vinicius en sus redes sociales, «no fue la primera vez, ni la segunda, ni la tercera» que se da esta situación en un campo de fútbol en España. Y dejando al margen el resto de categorías. Iñaki Williams ya sufrió también los insultos racistas de un sector de aficionados del Espanyol. Afortunadamente, aquellos responsables irán a juicio por un presunto delito de odio y discriminación. Pero en la mayoría de situaciones, la denuncia acaba en nada. Así ocurrió con los presuntos cánticos a Nico Williams en el Benito Villamarín, a Akapo en Los Cármenes, o al propio Vinicius en el Camp Nou, en Mallorca o en el Metropolitano, donde sus ultras llegaron a colgar de un puente un muñeco de color negro con la camiseta del brasileño.

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El problema en el que se escuda Tebas y la Patronal es en quién tiene las competencias para sancionar estos actos. Según el dirigente de LaLiga, el asunto recae en la RFEF, presidida por Luis Rubiales, y el CSD. Y, según la Federación, las responsabilidades son a la inversa. Según la Ley 19/2007 contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, que es la que regula este tipo de conductas, la competencia para aplicar sanciones deportivas recae en la Federación Española de Fútbol y su órgano competente, el Comité de Competición. Es a lo que se agarra la Patronal, que en reiteradas ocasiones ha denunciado no poder hacer más en estos casos.

Según explica su presidente, solo puede imponer denuncias por insultos racistas. Y en el caso de Vinicius, es la décima que se interpone. A esta última hay que añadir una en el Wanda Metropolitano, otra en la previa del derbi contra el Atlético, dos en el estadio del Mallorca, y una en el campo del Betis, Osasuna, Valladolid y Camp Nou.

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El lamentable espectáculo que se vivió anoche en Mestalla se resumen en dos tanganas. En la primera de ellas, Vinicius señala a un aficionado detrás de la portería. Le acusa de llamarle «mono» y se lo dice al colegiado vizcaíno, De Burgos Bengoetxea. Este activa el protocolo de racismo y detiene el partido durante ocho minutos, hasta que el Valencia comunica a través de la megafonía que deben cesar este tipo de insultos. Ancelotti amenaza con retirar el equipo, pero finalmente el Madrid sigue en el verde y continúa el choque. Minutos después, una nueva tangana. El portero ché Mamardashvili y Vinicius se encaran. Hugo Duro agarra del cuello a Vinicius y este se zafa con un manotazo en su cara. El resultado: roja para el madridista, que indignado se va al vestuario aplaudiendo al colegiado y haciendo el gesto del número dos (a segunda) a la afición local.

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