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Robert Basic
Domingo, 24 de febrero 2019
Kepa Arrizabalaga se ha convertido en el gran protagonista de la final de la Carabao Cup (Copa de la Liga) disputada este domingo entre el Chelsea y el Manchester City y que terminó con la victoria de los hombres de Pep Guardiola. No lo ... hizo tanto por sus paradas, que las hubo, sino por la negativa de abandonar el terreno de juego cuando estaba 'tocado' en la segunda parte de la prórroga. Maurizio Sarri, su entrenador, había solicitado el cambio y puesto a calentar a Willy Caballero, quien sin embargo se quedó en la banda sin la posibilidad de entrar porque el exguardameta del Athletic decidió continuar bajo los palos pese a la insistencia del cuerpo técnico. El preparador italiano montó en cólera y no pudo esconder su enfado. El de Ondarroa no paraba de repetir que estaba bien y desoyó las peticiones de sustitución que llegaban desde el banquillo tanto de Sarri como de su asistente Gianfranco Zola.
Kepa vs Sarri. Increíble situación... pic.twitter.com/W9GrQexbqg
— Javier Amaro del Arc (@Amaro_DelArco) 24 de febrero de 2019
El choque entre los 'blues' y los 'citizen' terminó sin goles y hubo que ir a la prórroga. Mediada la segunda parte del último tiempo extra, Kepa se sentó y empezó a estirar. Daba la sensación de que se le había subido el gemelo, pero el portero siguió en el 'verde'. Hasta en la recta final del duelo hizo una parada, aunque sintió de nuevo que algo iba mal y reclamó la presencia de un médico. Caballero llevaba tiempo calentando en la banda y Sarri mandó hacer el cambio. El guardameta argentino estaba listo para salir, pero el vizcaíno rechazó de nuevo ser sustituido. Negaba con la mano una y otra vez y levantaba los dos pulgares. Su entrenador se volvía literalmente loco y no daba crédito a lo que estaba viendo.
Todo el mundo estaba pendiente de Kepa, quien incluso habló con el árbitro para decirle que estaba bien. David Luiz se le acercó dos veces y en ambas ocasiones el de Ondarroa transmitió su determinación de permenecer en el césped. Zola le gritaba desde la banda, con Sarri desesperado, pero el portero más caro del mundo solo pensaba en seguir jugando. En la tablilla se había encendido el número uno, el suyo, pero el cambio no llegó a producirse. El Chelsea y el City fueron a los penaltis y el título voló a Manchester. Y eso que Kepa paró una pena máxima a Sané y a punto estuvo de detener el tiro de Agüero, que entró de milagro. Pero el daño ya estaba hecho y las imágenes del encontronazo dieron la vuelta al mundo.
Al acabar la final, todas las cámaras buscaban a Sarri, un técnico cuestionado y, según la Prensa inglesa, divorciado de la plantilla. El italiano compareció ante los medios y se afanó en restar importancia a lo ocurrido. «Lo de Kepa ha sido un gran malentendido. Yo quería que entrase Caballero porque tenía miedo de que a Kepa le afectasen los calambres, pero el médico me dijo que no eran calambres». Añadió, eso sí, que «tenía razón en seguir si estaba bien, pero se comportó de manera incorrecta. Tenía razón por el motivo, pero no por la conducta. No vamos a multarle, pero hablaré con él».
El reglamento precisa que si un futbolista se niega a salir sustituido el juego debe seguir. Y Kepa se negó. Las reacciones se sudecían y hubo exfutbolsistas como Chris Sutton que pidieron su expulsión del club.
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