Iñigo Agiriano
Miércoles, 13 de marzo 2024, 22:31
En el suroeste de Alemania, encajado en una esquina de la región de Renania-Palatinado, se halla el estado federado más pequeño del país, el Sarre. Se trata de una de las regiones más castigadas por el constante conflicto entre Francia y Alemania durante los ... últimos siglos. El Sarre ha pertenecido a ambos países, e incluso ha sido en dos ocasiones un territorio sin estado propio, controlado por la Sociedad de Naciones entre 1920 y 1935 y como protectorado francés entre 1947 y 1957, cuando se integró de forma definitiva en Alemania. Su capital, Saarbrücken, es famosa por el río que la atraviesa, por su prestigiosa universidad y por su privilegiada localización, muy cercana a la frontera con Francia y Luxemburgo. No lo es, desde luego, por su equipo de fútbol, al que ha afectado la inestabilidad política de la región. En 1949, de hecho, fue campeón de la segunda división francesa, aunque abandonaron la competición después de que su ascenso fuera vetado. El Saarbrücken llegó a jugar en la Bundesliga, pero lleva ya veinte años alejado de la élite del fútbol alemán.
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Para este tipo de clubes, la copa es mucho más que un simple título, es una vía de escape ante la irrelevancia, una oportunidad para la gloria. Los torneos de eliminatorias ofrecen a los equipos modestos una promesa que siempre resulta tentadora. Las fuerzas entre grandes y pequeños tienden a igualarse porque no hace falta mantener una extenuante regularidad, solo debes golpear en los momentos adecuados, tener capacidad de reacción ante la adversidad y esperar la compañía de la suerte.
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A eso se ha agarrado el Saarbrücken, para firmar su espectacular trayectoria copera. Comenzó a principios de agosto, cuando eliminaron al Karlsruher, de segunda división por 2-1 con un gol en el último minuto. En la siguiente ronda, disputada el primer día de noviembre, llegó su gran proeza, la que puso al equipo del Sarre en boca de todos los aficionados alemanes. Aquel día recibieron nada menos que al Bayern de Múnich, y lograron sobreponerse al tempranero gol de Thomas Müller para terminar remontando con un tanto en el minuto 96. La historia podía haber terminado ahí, pero el Saarbrücken seguía decidido a hacer historia. En octavos se enfrentó a otro equipo de Bundesliga, el Eintracht de Frankfurt y le eliminó por 2-0.
La copa alemana ha dejado muchas sorpresas estas temporada, además de la del Saarbrücken. Hasta cuatro equipos de segunda división se colaron en los cuartos de final, pero el sorteo no sonrió al equipo del Sarre; su rival sería el Borussia Mönchengladbach. El partido estuvo empatado a uno desde los primeros minutos y así continuó hasta que, de nuevo en el descuento, por tercera vez en lo que va de torneo, el Saarbrücken marcó el tanto de la victoria para meterse en semifinales.
Curiosamente no es la primera vez que este modesto club alcanza estas instancias. Hay, de hecho, un precedente muy reciente, pues en la campaña 19-20 los del Sarre firmaron una increíble trayectoria, dejando en el camino a dos equipos de segunda (Jahn Regensburg y Karlsruher) y a dos de primera (Colonia y Fortuna Düsseldorf) para colarse en la semifinales. Aquella temporada les tocó enfrentarse al Bayer Leverkusen, que no tuvo piedad y les endosó un contundente 0-3. Esta temporada, sin embargo, el sorteo ha sido más benévolo. El Saarbrücken se enfrentará al Kaiserslautern, de segunda división, que no se trata solamente de un oponente más asequible que aquellos a los que se ha enfrentado en rondas anteriores, sino que es un club con el que mantiene una gran rivalidad, en parte debido a la proximidad de ambas ciudades.
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La posibilidad de alcanzar la final de la DFB Pokal es más real que nunca para el Saarbrücken. El favorito en la otra semifinal es precisamente el Bayer Leverkusen, el equipo que ha acaparado todos los focos en Alemania esta temporada. Los de Xabi Alonso no conocen la derrota en los treinta y seis partidos que ha disputado esta temporada. Vengarse de la eliminación de hace cuatro años, quitarle el invicto y frustrar el más que posible doblete del Leverkusen, parece una gesta solo a la altura del Saarbrücken, un equipo que ha hecho de los milagros algo cotidiano
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