Ibai Gómez se entrena con el Santutxu y el Iurretako sondea a Fernando Amorebieta

Ibai Gómez (11-11-89) es hijo del presidente y alma mater del Santutxu, Mitxelo Gómez, se formó en el club bilbaíno hasta escalar a su primer equipo, pasar por el Sestao River de Segunda B, y ya recalar en el Athletic. Ahora, tras su escala en el Alavés y su vuelta al club rojiblanco, aguarda acontecimientos pendiente de sus negocios y de su familia para tomar la mejor decisión. Ofertas no le faltan. Se reencuentra con el técnico Carlos Marco, que pilota al aguerrido conjunto del populoso barrio bilbaíno, el mejor sitio para recuperar sensaciones, aunque sea entrenando en los rectángulos aledaños a Mallona por culpa del retraso en su resembrado a tan sólo unos días antes de que arranque la Liga oficial.

Fernando Amorebieta, el excentral del Athletic, aparcaba el fútbol en el Cerro Porteño tras jugar en Inglaterra, Argentina, Paraguay, ser internacional con España hasta la Sub-21, y quince veces con Venezuela absoluta, ya que nació en Cantaura. El central, cosecha del 85, esquinó el deporte profesional el pasado mes de octubre acuciado por una lesión que le daba la lata para colaborar con el cuerpo técnico del club paraguayo. Ha decidido regresar a Bilbao para instalarse ya definitivamente con su núcleo familiar en el corazón de la capital vizcaína. Para matar el gusanillo, se puso a entrenar en una sesión con el Iurretako hace unos días, su club de origen y de su pueblo antes de ingresar en la cantera de Lezama. Un acto que ha encendido la mecha. Las instalaciones de Larrakozelaia pueden reclutarle si, finalmente, se decide. El guante lo tiene lanzado apelando a su gen competitivo y motivacional. Fernando Amorebieta se lo piensa. El exleón mantiene amigos de su círculo cercano en la estructura del club, que le guarda una ficha libre por si se lanza. El Iurretako milita en la División territorial vizcaína, donde es todo un clásico de una categoría que figura un escalón por debajo de la Tercera RFEF.

Fernando Amorebieta, nacido en Venezuela, pero criado en Iurreta desde muy pequeño, transitó desde Alevines, con once años, por todas las categorías inferiores del Athletic y tras siete temporadas en el primer equipo rojiblanco, con 27 años, no alcanzó un acuerdo para renovar cuando la directiva que presidía Josu Urrutia le ofrecía un contrato por cinco años. Ahí empezó su peregrinar por Fulham y Middlesbrough, en Inglaterra, sus comparecencias con la selección Vinotinto, vuelta a España en las filas del Sporting, cruzar el charco para alistarse en el Independiente de Avellaneda, en Argentina, y acabar en el seno del Cerro Porteño, su última escala en la élite. El Iurretako podría cerrar el círculo del brazo zaguero. Le espera con los brazos abiertos.