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Iñigo Agiriano
Viernes, 5 de enero 2024, 19:04
Pocos jugadores fichados por el Milan en los últimos años han levantado tantas expectativas como Charles de Ketelaere. El equipo rossonero venía de conquistar su primer scudetto tras once años y demostraba con la contratación del joven talento belga que mantenía el hambre por nuevos ... éxitos. Las comparaciones con Kaká se hicieron inevitables, pues Charles, como el brasileño cuando llegó a Milan, era un media punta de calidad, alto, joven y apuesto. Junto a Giroud, Rafael Leão y Brahim se esperaba que el belga formara una delantera de ensueño, que permitiera al Milan consolidarse como el mejor equipo de Italia.
Charles de Keteleaere nació en Brujas en el año 2001, en una familia de médicos. Desde pequeño le interesó el deporte, aunque puso sus esperanzas en el tenis, en el que era un pequeño prodigio. Sin embargo, optó finalmente por el fútbol, para disgusto de sus padres, a los que les parecía un deporte más lesivo. El talento del joven Charles, era, no obstante, innegable, y fue haciéndose un nombre en la cantera del Brujas. En 2019 debutó con el primer equipo en la Champions ante el PSG, y para entonces el nombre de ese media punta rubio de planta imponente ya estaba en la agenda de varios clubes europeos. Tres campañas en el Brujas, en las que ganó tres títulos de liga, bastaron a De Ketelaere para verse preparado para dar el salto a una gran liga, y aunque tuvo numerosas ofertas la opción del Milan fue la que más le sedujo.
Sin embargo, todo sucedió al revés. Aunque contó con la confianza de Pioli al comienzo de temporada, la adaptación de De Ketelaere al Calcio no fue la esperada. Perdió su puesto en la alineaciones y tuvo que conformarse con ser un revulsivo habitual, pero ni siquiera entrando desde el banquillo logró demostrar nada de lo que había llevado al Milan a pagar más de 35 millones de euros por él. El resultado final: cuarenta partidos disputados, aunque solo trece como titular, y ni un solo gol, en una campaña decepcionante para el club lombardo.
De Ketelaere sabía que no podía seguir en Milan, pero debía decidir si volver a su hogar o insistir en su aventura italiana. Surgió entonces la opción de la Atalanta, que también se había interesado por su fichaje el curso anterior. El club de Bérgamo se ha ganado fama en los últimos años de ser un buen destino para los futbolistas jóvenes y su entrenador, Gasperini, aboga por un fútbol ofensivo que parecía adecuarse a las necesidades de Charles.
Tras una dura negociación el media punta belga aterrizó en Bérgamo cedido con opción de compra. Rápidamente, se hizo un hueco en el esquema de Gasperini. En Milan se vio obligado a actuar mucho en la banda, una posición en la que Charles no se siente cómodo, pero en la Dea ha actuado en el carril central, como media punta o segundo delantero y ahí ha empezado a destapar todo su potencial. Suma seis goles y cinco asistencias, unas cifras que solo Joshua Zirkzee (Bolonia) alcanza entre los jugadores de la Serie A nacidos en el siglo XXI. Gasperini está encantado con él y Charles reconoce la importancia de su técnico en su adaptación. «Gasperini me pide mucho más, tanto en el aspecto táctico como técnico, ser protagonista en ataque. Lo intento, siento que estoy creciendo. Me ayudan varias cosas, sobre todo el hecho de que me siento bien en este estilo de juego y en la posición».
Así mismo, De Keteleaere reconoce que su mal rendimiento el año pasado es responsabilidad suya, que le faltó madurez para adaptarse a un club como el Milan, pero que fue, en cualquier caso, una experiencia enriquecedora que le hizo mejor futbolista. Este miércoles la Atalanta superó al Sassuolo en los octavos de final de la Coppa de Italia (3-1), con el belga como protagonista, que anotó dos goles y asistió en otro. En la próxima ronda se verá las caras con su antiguo equipo, en el que será su regreso a San Siro. Aunque todavía es propiedad del club rossonero, parece claro que la Atalanta ejecutará en verano la opción de compra de 23 millones. En Bérgamo Charles de Ketelaere ha recuperado la sonrisa y por fin se parece a ese futbolista que fue catalogado como la gran esperanza del fútbol belga.
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