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Aficionados del Gordexola aplauden a sus jugadores en el campo Juan José Melchisidor. Yvonne Iturgaiz
El Gordexola cae dos años, cuatro meses y siete días después
Fútbol vizcaíno

El Gordexola cae dos años, cuatro meses y siete días después

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El equipo encartado, debutante en División de Honor, sufre la primera derrota en su campo tras 35 partidos

José Félix Cachorro

Bilbao

Domingo, 22 de septiembre 2024, 01:23

No pudo ser. Acabó la imbatibilidad del Gordexola como local en su estreno en la División de Honor vizcaína. El equipo encartado dominó al principio y trató de empatar en la segunda parte el gol que encajó cerca del descanso, pero no pudo evitar que el Galdakao se llevara la victoria. Un cabezazo del visitante Mosteiro fulminaba una racha de 35 encuentros, «con 24 porterías a cero», en la que el Gordexola no había sufrido ninguna derrota en su campo de Juan José Melchisidor. La hazaña se debe precisamente a que cuenta con un terreno de juego de «los de antaño, atípico, duro, y a que disponemos de un bloque consolidado hace años con jugadores que se conocen entre ellos y con Unai Bilbao como técnico», explica el presidente del Club Deportivo Gordexola, Alexander Martínez. El mandatario matiza que con este campo «es difícil entrenar y no podemos tener cantera»

En esta localidad están orgullosos de su equipo y de su sencillo centro deportivo. En la entrada del recinto se lee en un cartel que los vecinos contribuyeron a mejorar lo que era el campo de fútbol de la «llana de Ibarra», donde una antigua caseta de tiro de pichón hacía de vestuario en los años sesenta. Sustituyeron el antiguo vallado de madera por uno de hormigón mediante la llamada 'operación estaca' en 1974, en la que cada donante aportaba 100 pesetas para financiar las obras que ejecutaban voluntarios los fines de semana. No contentos con la mejora, después emprendieron la 'operación pino', consistente en plantar árboles «para delimitar el perímetro de las instalaciones y de embellecer el paisaje existente en el entorno». El siguiente paso fue pedir un crédito para construir casetas y nuevos vestuarios.

Toda aquella iniciativa hizo posible que el equipo del pueblo perviviera en el tiempo. La afición acudió ayer al Melchisidor para ver a sus jugadores tras el recién ascenso a la máxima categoría vizcaína. Siguen el partido de pie, muy cerca de los suyos. No hay gradas, ni cubierta, ni asientos. Mediada la primera parte cayó un diluvio y los espectadores se refugiaron bajo la tejavana del bar o algunos aleros. No se marchó nadie.

Aunque este sábado el Gordexola se despidió de su gloriosa racha, sus responsables crearán un archivo histórico de la entidad. Ya han confeccionado un cuadro con los escudos de los equipos a los que se han enfrentado desde sus orígenes. Tienen detalles como ofrecer un presente al adversario que cumple «bodas de diamante, oro, plata» o que realiza su primera visita a la llana de Ibarra, o piden al rival, como fue el caso ayer del Galdakao, que entregue una camiseta al delantero local Buba por sus 400 partidos disputados.

Activo en redes sociales

El Gordexola también juega en las redes sociales, en las que impulsa numerosas actividades. A través de esta vía recuerda los cumpleaños de sus futbolistas, informa de fichajes o envía mensajes a la afición. «La imagen se valora mucho», proclama su presidente, de 26 años, cabeza de una junta directiva muy joven. Hasta el mismo Martínez atiende la taquilla en la primera parte, «porque estamos pocos; dos jugadores, el que atiende el bar y también el delegado son directivos». Con tal dedicación y trabajo han logrado colocar los colores de una localidad que no alcanza los 1.700 habitantes en una competición donde abundan nombres históricos del fútbol de Bizkaia, como el Erandio o el Indautxu.

La ilusión sigue intacta en el municipio encartado pese a su primera derrota en más de dos años. «Sin más, tampoco pasa nada grave porque se haya roto la racha», decía el jugador Alain tras el 0-1 contra el Galdakao. Tampoco nadie se espantó porque su equipo, blanquiazul, compitiera ayer con una zamarra verde. Simplemente, no había llegado a tiempo la nueva equipación y no quedaban camisetas de la temporada pasada, «cuando repartimos muchas con las celebraciones por el ascenso».

Unos espectadores lucían ayer en el Melchisidor unos niquis con el lema 'Nuestros héroes', que coronaba la lista nominal de los protagonistas del ascenso. Con la misma naturalidad, el homenajeado Buba salió del vestuario sólo con una toalla atada a la cintura para besar a su madre, orgullosa en la tribuna sin asientos. Puro fútbol «de antaño».

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