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javier beltrán
Viernes, 22 de noviembre 2019, 10:11
El Zamudio, en plena reconversión tras su agónico descenso por los arrastres desde la Tercera División a la División de Honor territorial, atraviesa por una situación delicada. Apostaba en agosto por apuntalarse con cinco uruguayos y un argentino para volver a promocionar, pero Josué Atela, técnico de los tecnológicos, se ha quedado en la última semana con solo uno del novedoso sexteto. La plantilla se ha adelgazado hasta los 16 jugadores, incluyendo los dos porteros. Atela peina el mercado para ocupar sus plazas, mientras la maquinaria no cesa y el tiempo apremia.
Los dos últimos uruguayos se marcharon del equipo hace dos semanas, tres la pasada semana, y el sexto, Brian Cordara, centrocampista de 19 años, es el único superviviente al poseer doble nacionalidad uruguaya-italiana, que le ha salvado de la quema. La causa no era otra que la falta de la tramitación de los papeles prometidos, al parecer, por su representante, por lo que su estancia de tres meses como turistas expiraba. Sin contrato laboral, han tenido que hacer el petate, de nuevo, para cruzar el charco de vuelta con tan solo un puñado de partidos a sus espaldas. Ezequiel, que arrastraba una rotura en el isquio y apuntaba maneras, acababa de recuperarse de una lesión y, justo en este momento, ha tenido que abandonar la nave tecnológica. Todos vivían en un piso en Lezama gestionado desde el club, muy cerca del campo de entrenamiento, ahora vaciado precipitadamente. Entre unas cosas y otras, en la estructura del primer equipo solo repiten el fisiotepapeuta y los directivos encabezados por su presidente, Fidel del Prado. Ningún jugador del curso pasado repite en el Zamudio, con lo que este golpe moral cuando los sudamericanos se iban aclimatando a un fútbol mucho más físico y táctico, dificulta aún más su relanzamiento en una competitiva y equilibrada División de Honor territorial.
El fichaje de este lote de uruguayos se fraguó al final del pasado verano ante las urgencias que padecía el Zamudio para apuntalarse. Hasta el último instante se desconocía la categoría donde se iba a encuadrar. Una circunstancia inesperada que dio lugar a una gran incertidumbre para retener a algunos de los futbolistas tentados que, por falta de margen de tiempo, no fue posible. Muchos desfilaron por no seguir en Tercera, pese al nombre del club y a su excelente campo. El club se aventuró a la vía uruguaya por medio de un representante que impulsa a jóvenes futbolistas de su país rumbo a Europa para promocionarse. Los jugadores que se han vestido de blanco en Gazituaga han sido los defensas Rodrigo Iglesias, argentino de 24 años y Alejo Guerra, uruguayo de 20 años, los centrocampistas Brian Cordara, 19 años, y Enzo Ezequiel Negreira, de 22 y los delanteros Nicolás Machado (23 años) y Ezequiel Cabral (21). Habían probado con anterioridad en julio en las pretemporadas de clubes de Segunda B como Barakaldo y UD Logroñés, pero, al no pasar el corte, aterrizaron en Zamudio por separado. No se conocían. Anhelaban un escaparate para explotar, pero la falta de visado les manda de nuevo a su país sin lograr el sueño europeo, menos uno que se ha deplazado a Valencia, donde tiene familia, buscando un nuevo reto como jornalero del balón.
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