El mundo del deporte ha reaccionado con las primeras decisiones de calado a la invasión de Ucrania por parte del Ejército ruso. Si el jueves fue una jornada de condena a la guerra emprendida por Vladimir Putin, este viernes se pasó a los hechos ... con el objetivo de vetar los principales actor deportivos que organiza Rusia en este 2022. La principal decisión llegó a cargo de la UEFA, que retiró a San Petersburgo la final de la Champions, uno de los eventos de mayor repercusión a nivel mundial. Pero también los responsables de la Fórmula 1 accedieron a las quejas de sus principales pilotos y excluyeron la carrera de Sochi del Mundial. Mientras, la Euroliga de baloncesto anunció que no se jugarán más encuentros de su competición en suelo ruso mientras dure el conflicto bélico.
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Fueron tres de las reacciones más destacadas del deporte, que se manifestó a todos los niveles en contra de la guerra. Pero, más allá de ser decisiones de protesta y carácter preventivo para no poner en riesgo la seguridad de los clubes y los competidores, tuvieron una importante carga a nivel económico. Porque trasladar la sede de un evento como la final de la Champions es un castigo 'tasado' en 60 millones de euros, la inyección económica estimada en ediciones previas a la pandemia.
En el caso del organismo que rige el fútbol europeo, pasó de su condena absoluta a la guerra a confirmar mediante un comunicado el traslado de la gran final desde San Petersburgo a París. «Junto con el Gobierno francés, la UEFA apoyará plenamente los esfuerzos de las múltiples partes interesadas en garantizar la provisión de rescate para los jugadores de fútbol y sus familias en Ucrania, que se enfrentan a un terrible sufrimiento humano, destrucción y desplazamiento», declaró la institución presidida por Aleksander Ceferin tras afirmar que Saint Denis será el escenario del partido el 28 de mayo. El comité ejecutivo también determinó que todos los encuentros que disputen tanto los clubes ucranianos y rusos como las selecciones nacionales se disputen en sedes neutrales.
De todos modos, las decisiones tomadas por «la grave escalada de la situación de seguridad de Europa» han situado a la UEFA en una coyuntura comprometida a la hora de dictaminar el castigo a San Petersburgo y dejar sin final al Gazprom Arena, teniendo en cuenta que la empresa gasística rusa es uno de los principales patrocinadores del organismo europeo que preside el esloveno Ceferin. Esos 40 millones anuales que aporta la mayor compañía rusa a las competiciones del fútbol continental pueden quedar ahora en el aire después de una decisión donde el siguiente capítulo puede ser el de la rescisión del acuerdo.
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Otra de las grandes competiciones deportivas, la Euroliga de baloncesto, también se reunió este viernes de urgencia para consensuar los pasos a tomar respecto al conflicto bélico de Ucrania. El principal, el rechazo a disputar encuentros en Rusia. «La Euroliga definirá un plan que traslade temporalmente todos los partidos programados para jugarse en suelo ruso fuera del territorio de la Federación Rusa», declaró la máxima competición del basket continental, que además decretó la suspensión del CSKA-Barcelona que estaba programado para mañana en Moscú.
La insistencia de algunos de los participantes en la Euroliga ha sido definitiva en la resolución, aunque queda por resolver el escenario de los encuentros de los clubes rusos -CSKA, Kazan y Zénit- y la postura del Zalgiris lituano, que insiste en su postura de negarse a jugar contra esos equipos en cualquier escenario y asume las sanciones pertinentes.
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Tampoco pisarán territorio ruso los pilotos de Fórmula 1, ya que los responsables del Mundial han decidido que no se dispute el GP de Sochi, programado para septiembre. La escalada de mensajes críticos por parte de algunas de las estrellas del campeonato -como es el caso de Sebastian Vettel, quien dijo que renunciaría a competir en Rusia, Fernando Alonso y Max Verstappen- resultaron decisivas en el comunicado de la F1. En principio, el GP de Turquía se perfila como el escenario alternativo.
La unanimidad del mundo del deporte contra la guerra de Ucrania lo resumió el Comité Olímpico Internacional (COI), que instó «a todas» las federaciones deportivas internacionales «a trasladar o cancelar» las competiciones previstas en Rusia y Bielorrusia. La contundente reacción del COI viene dada por «el incumplimiento de la tregua olímpica por parte del Gobierno ruso y del Gobierno de Bielorrusia al darle su apoyo». Hay que recordar que la tregua olímpica se decreta por Naciones Unidas en cada periodo de Juegos, que termina el 13 de marzo con el fin de los Paralímpicos, un espacio que ha sido violado por Rusia, un país que ya estaba en grave conflicto con el COI por sus problemas de dopaje.
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En este sentido, está por ver qué recorrido tienen las medidas de castigo y si se cancelan otros de los eventos programados para este año en Rusia, como es el Mundial de natación de piscina corta en Kazan y la Copa del Mundo de voleibol masculina.
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