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IGOR BARCIA
Jueves, 14 de diciembre 2017, 12:20
«Tenemos una bonita oportunidad para hacer historia. El Rey de Copas juega una final... Vamos a por ella? Vamos Independiente!». El mensaje de Fernando Amorebieta previo a la final de la Copa Sudamericana (similar a la Europa League) en las redes sociales se ... hizo anoche realidad. Ya son 17 títulos internacionales para el Rojo, para el club de Avellaneda. Y con el exrojiblanco de central titular. Cosas de la vida. A sus 32 años, 12 temporadas después de su debut con el Athletic, el de Cantaura vivió su gran noche futbolística, un 'Maracanazo' en toda regla en el duelo de vuelta frente al Flamengo, incapaz de remontar el 2-1 de la ida.
Cuando después de una carrera errática y declinante Amorebieta anunció el pasado verano su fichaje por Independiente, a muchos les sorprendió semejante cambio de aires y lo encuadraron en un paso más hacia su despedida futbolística. Pero lo cierto es que después de salir de forma abrupta en 2013 del Athletic y un paso sin gloria por el Fulham, Middlesbrough y 27 partidos para olvidar la pasada campaña con el Sporting, la apuesta por vivir otro fútbol, otra cultura y jugar en todo un histórico como Independiente no dejaba de tener su romanticismo.
El Rojo es uno de los grandes de Sudamérica, el 'Rey de Copas', como se autodenomina. Siete Libertadores iluminan sus vitrinas, así como dos Intercontinentales y otros trofeos hasta llegar a los 16 que tenía hasta ayer. Quedaba el 17º, a jugarse en un templo como Maracaná, y frente a un Flamengo que había puesto todo –incluso lo extradeportivo– para dar la vuelta al 2-1 del duelo de ida en Argentina. La víspera del partido, la policía se vio obligada a intervenir en incidentes ocurridos en varios puntos de Río de Janeiro e incluso frente al hotel en que se alojaba el equipo argentino, en el barrio de Barra de Tijuca.
Allí se concentraron unas 500 personas, muchas de ellas vestidas con camisas del Flamengo, que lanzaron numerosos petardos con la intención de perturbar el descanso de la plantilla de Independiente. Algunos de los cohetes llegaron a golpear las ventanas del hotel, y un grupo de ultras trató de entrar en el edificio, lo que obligó a los cuerpos de seguridad a lanzar gases lacrimógenos para dispersarles.
En este ambiente se celebró el duelo de vuelta de la final de la Copa Sudamericana en Maracaná, donde se dieron cita 65.000 espectadores, de los cuales 4.000 eran seguidores del Rojo. Ariel Holan, técnico del club de Avellaneda, apostó por una defensa con tres centrales para frenar al rival, y ahí regresó Fernando Amorebieta al once titular, del que se había caído tras un prometedor arranque de temporada por culpa de las lesiones. De blanco, por aquello de ser visitantes, Independiente realizó su tradicional saludo con los jugadores en el centro del campo, en fila, con el capitán delante, manos al frente y tributo a cada una de las cuatro tribunas del estadio. Una declaración de intenciones ante el infierno brasileño.
Flamengo se puso por delante a la media hora, pero poco después, el joven Ezequiel Barco empató de penalti, y a partir de ese momento, Independiente supo manejar el partido para llevar un nuevo trofeo a sus vitrinas. «Esto es maravilloso. ¿Quién iba a decir que en seis meses levantaríamos una copa, no? Algo tan importante para el club y, particularmente, para mi curriculum es maravilloso porque nunca había levantado una copa. Es increíble», expresó Fernando Amorebieta en el vestuario. «Además», prosiguió, «es un grupo increíble. Lo seguimos demostrando; juegue quien juegue salimos a dar la cara y eso es importante». Y un detalle añadido. Es el segundo jugador con nacionalidad venezolana en lograr ese trofeo.
Así, 362 partidos después de su debut en el Athletic, con aquella final de Europa League perdida en Bucarest frente al Atlético, Fernando Amorebieta ya tiene su título. El Independiente uno más. Son 17. Todo un grande de América. «Nos provocaron. Nos maltrataron. Nos quisieron vender un infierno. Se olvidaron de un pequeño detalle: a nuestro juego nos llamaron. El Rey conquistó el Maracaná por segunda vez en la historia. El Rey habla en la cancha. El Rey no perdona. Aprendan de una vez ¿O necesitan un Maracanazo más?», fue la sentencia en las redes sociales de un club que mueve a más de cinco millones de seguidores en Argentina.
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