El protagonista de la noche fue el último en aparecer para saludar al Rey Felipe VI. El monarca ya había dado la mano la mano a los jugadores y técnicos de La Roja cuando... ¡sorpresa, apareció Nico Williams sin camiseta entre el choteo de sus compañeros. La visita del monarca tras la victoria ante Italia le pilló en un mal momento: en pantalones cortos y a punto de entrar en la ducha. Lo resolvió con desparpajo, entre alguna que otra risa, como hizo poco antes sobre el terreno de juego. El Jefe del Estado le estrechó la mano y le felicitó al MVP por su gran actuación: «Una maravilla». «La verdad es que ha salido muy bien», confesaba el futbolista del Athletic.
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La escena de este jueves guardaba cierta similitud con la divertida anécdota protagonizada por Puyol en el Mundial de Sudáfrica, cuando recibió con tan solo una toalla y el torso desnudo a la entonces reina Doña Sofía tras anotar el gol de la victoria en semifinales ante Alemania.
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Esta vez, el Rey comenzó su visita al vestuario con un pequeño discurso tras conseguir el paso a octavos de final de forma matemática. «Muy bien, eh. Hay que ganar, aunque sea con un gol en propia puerta. Ha habido tantas ocasiones... Ha sido espectacular». Entonces fue saludando uno por uno a la plantilla. De los primeros, Lamine Yamal, a quien le preguntó su edad. «¿Dieciséis?», dijo atónito mientras se echaba las manos a la cabeza entre risas. Seguramente, la respuesta ya la sabía.
El vestuario vivió su visita con naturalidad. Felipe VI charló con algunos componentes como Laporte y Dani Olmo, mientras que otros como Joselu, Mikel Merino o Vivian se mostraron más tímidos. También Unai Simón. «Hoy te han dejado tranquilo», bromea al estrecharle la mano.
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El presidente de la Federación Española, Pedro Rocha, obsequió al monarca una camiseta de La Roja con el nombre de Felipe VI y el dorsal '10'. El número de Morata.
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Javier Ortiz de Lazcano
Javier Ortiz de Lazcano
El Monarca, cuya agenda le impedirá acudir a más partidos, evitó pronunciarse sobre si podría estar en la gran final. Por superstición. «No lo voy a decir por si acaso», bromeó. «Si seguís jugando así, va a haber alegrías».
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