La Eurocopa de Bilbao, en riesgo

Pero vayamos por partes. La propagación mundial de la Covid-19 obligó a suspender una Eurocopa que estaba fechada para el pasado mes de junio. El torneo se celebrará el próximo verano entre el 11 de junio y el 11 de julio. En San Mamés hay previstos tres partidos de la fase de grupos. Todos con España como anfitriona. La selección de Luis Enrique debería medirse en el estadio rojiblanco a Suecia (14 de junio, 21.00 horas), a Polonia (19 de junio, 21.00) y al ganador del play-off entre Eslovaquia e Irlanda del Norte (23 de junio, 18.00). Además, se disputaría uno de los cruces de octavos, con emparejamientos por determinar.

El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, sostuvo la pasada semana en diferentes entrevistas tanto en España como en Alemania que su principal apuesta en estos momentos es celebrar el campeonato tal y como estaba previsto en origen, con 12 sedes disgregadas por toda Europa. En la lista, además de Bilbao, figuran Londres, Roma, Dublín, Bakú, Copenhague, Múnich, Amsterdam, Budapest, Bucarest, Glasgow y San Petesburgo. No obstante, el máximo responsable del fútbol europeo reconoció que están atentos a la evolución de la pandemia y que tampoco descartan que tengan que cambiar el paso y organizarla en «once, ocho, cinco o en un único país». Reciente está la organización de las fases finales de la Champions y la Europa League, cuyos partidos se concentraron en Lisboa y Alemania, respectivamente, manteniendo a los equipos aislados en una burbuja.

Es esa reestructuración del torneo la que empezaría a estar sobre la mesa -el propio Ceferin ha admitido en varias ocasiones que no le ha gustado nunca este modelo con 12 sedes y que el proyecto lo abanderó su predecesor, Michel Platini-. Y es ahí donde la candidatura de Bilbao tiene muchas papeletas para caerse. Según ha podido saber este periódico, hay «5 o 6» ciudades organizadoras cuyo trabajo hasta el momento no ha cubierto las expectativas de la organización. Consideran que no se han implicado lo suficiente. Entre ellas figura la capital vizcaína, cuyo comité no habría cumplido todas las expectativas. Sobre todo porque en campeonatos de este tipo se trabaja con mucho tiempo de antelación y, al parecer, la UEFA se estaría encontrando con algunas trabas.

Ayuntamiento, Diputación y Athletic han manifestado en público su apoyo a que San Mamés albergue la Eurocopa. Insisten en la importancia económica y la repercusión internacional que tendrá esta cita deportiva. No obstante, en amplios sectores del nacionalismo y el independentismo no ha sentado nada bien tener la certeza de que será el combinado nacional de España el que juegue sus partidos como local en el recinto del Athletic. El propio alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, se vio obligado a finales del año pasado a pedir colaboración a la ciudadanía para que la Eurocopa de San Mamés fuera un éxito. «Lo importante es que se juega la Eurocopa en Bilbao y no quién juega en Bilbao», advirtió en noviembre pasado.

Además, todo apunta a que la competición deberá celebrarse sin público, o con un número reducido, lo que mermaría los ingresos por desplazamiento de las aficiones, si es que se permite un movimiento generalizado de ciudadanos entre países europeos el próximo verano. Todo ello limitaría el impacto económico de una cita deportiva cuya presencia en la capital vizcaína comenzó a gestionar el equipo del anterior alcalde, Iñaki Azkuna.