Fiel a su personalidad

No ha existido demasiado debate en la elección de los porteros. Unai Simón, que se ha mostrado irregular en algunas fases de la temporada, cuenta con el beneplácito del seleccionador. De Gea ha recuperado buenas sensaciones en el tramo final de la competición. La última incorporación, Robert Sánchez, aún sin debutar, continúa siendo una incógnita. Quizá Adán, campeón con el Sporting de Lisboa, Asenjo o Pacheco hubieran podido formar parte de la selección.

La decisión más trascendente es la que ha afectado al capitán del Real Madrid y de la selección. El foco estaba centrado en la figura de Sergio Ramos, sobre todo después de la singular gestión que hizo Luis Enrique en la última convocatoria para los partidos de clasificación del Mundial de Catar. Pese al peso específico del sevillano dentro de la selección, el hecho objetivo es que solo ha participado en siete encuentros este año, completando los noventa minutos en tres partidos. Sin competir, sin apenas entrenar, con las dudas que puede acarrear su estado físico tras una lesión engorrosa, no parece descabellado prescindir del veterano central.

Resulta un poco más chocante la ausencia de Jesús Navas, también 35 años, con casi cincuenta partidos oficiales en la temporada. Aún así, el lateral sevillista no ha sido el defensa-extremo enérgico, incisivo y determinante de temporadas precedentes. Vuelve el capitán del Chelsea, Azpilicueta. Versátil, siempre eficiente, puede ejercer como lateral y central. Y Luis Enrique recurre a Marcos Llorente como la solución de emergencia para el lateral derecho, aunque las pruebas contra Grecia y Kosovo no resultaran demasiado convincentes. La presencia de Aymeric Laporte ayuda a reforzar la zaga y competirá con Pau Torres. No ha sido titular en el City, ha disputado veintisiete partidos, pero es una garantía de rendimiento.

Diego Llorente se ha colado por delante de Nacho, sobresaliente en el final de la temporada. Pero Luis Enrique siempre ha preferido la agresividad del central ahora en el Leeds United. Eric García pese a su juventud e inexperiencia, aparece como fijo para el seleccionador. Parece la zona menos afianzada de la selección. En la banda izquierda, unanimidad absoluta. El espíritu ofensivo de Alba se compensa con mayor seguridad defensiva del valencianista Gayá.

En el centro del campo han entrado los jugadores más o menos esperados, a excepción de Canales. El cántabro ha realizado una gran temporada, pero al final se ve descabalgado de la lista. Abundan los jugadores de toque, para llevar la iniciativa del juego, quizá se eche en falta más poderío físico. La experiencia de Busquets mezcla bien con la entereza de Rodri. Fabián, Koke, el propio Rodri y Marcos Llorente, si juega en el centro del campo, pueden aportar ese plus de energía. Habrá que ver cómo se recompone físicamente Pedri, con mucho desgaste y responsabilidad para sus dieciocho años. La fase final de la Liga se le ha hecho cuesta arriba. Y comprobar el estado de forma de Thiago.

En el ataque Adama Traoré es un jugador diferente, explosivo, un revulsivo para revolucionar los partidos con velocidad y fuerza. Y Pablo Sarabia, insospechado protagonista, entra en la lista por encima de Iago Aspas, uno de los delanteros más solicitados. Ferrán Torres, Dani Olmo y Oyarzabal siguen contando con la confianza absoluta del entrenador y se adaptan a diferentes funciones. La responsabilidad del gol se centra en Morata y Gerard Moreno.