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José Carlos Carabias
Enviado especial Donaueschingen
Viernes, 14 de junio 2024, 00:07
Ayoze Pérez (Santa Cruz de Tenerife, 30 años) asoma por uno de los pasillos del campamento que la selección ha montado en las instalaciones del SV Aasen, un club fundado en 1928 que juega en categoría regional de Alemania y por cuyo centro de entrenamiento ... han pasado el Barcelona, el Liverpool o el Borussia Dortmund. Enclave premium y facilidades para la prensa. El espíritu de camaradería imperante en España antes del debut en la Eurocopa ante Croacia (18:00 horas, el sábado en Berlín) se plasma en la actitud del delantero del Betis, quien se interesa por la trayectoria del entrevistador. Ayoze es la sorpresa: un veterano de 30 años, un pasado en Inglaterra, un buen curso en el Betis y en teoría claro candidato a ser un descarte que nunca se consumó (cayeron Cubarsí, Marcos Llorente y Aleix García). Él permanece y jugará la Eurocopa con el dorsal 26.
-Qué historia la suya. 30 años, una carrera fuera de España, la gente no le conoce, se salvó de los descartes y de repente está aquí viviendo una Eurocopa.
-Es verdad, asumo que no es normal. Con poca edad, 19 años, ya estaba haciendo las maletas, a Inglaterra, a un proyecto y a un cambio radical en mi vida. Tampoco es normal. Hice carrera en la Premier, cerca de nueve años, cinco en Newcastle, tres y medio en Leicester. Una trayectoria normal, años muy, muy buenos, muy positivos, crecí como persona, como futbolista, después de tanto tiempo volví a España y en año y medio en el Betis han ido muy bien las cosas, meses de mejora futbolística, de felicidad y de muchas otras cosas. Y al final, tras muchos años de trabajo, llegan las cosas. La recompensa de jugar una Eurocopa.
-Y ni relación con la selección.
-Recién llegado a Newcastle estuve en una convocatoria con la sub-21. Fue mi primera y única vez. Era septiembre y estaba Celades de seleccionador.
-¿Cómo fue el momento en que se le comunicó que se quedaría y jugaría la Euro?
-Bueno, al final del día el míster tenía que dar ese corte, después del entrenamiento, porque había una hora límite y debía ser enviada la lista definitiva. De la Fuente charló con los jugadores que no iban a completar la lista y ahí, pues tú ya entiendes que te quedas, que sigues en el equipo. Esa fue la manera en que me enteré. Y al momento ya se hizo oficial en todos lados. Nadie me confirmó, sino que fue al ver que hablaba con otros compañeros, que al fin y al cabo han hecho tantos méritos como yo. Es un momento complicado y duro para ellos.
-¿Fue a consolar a los tres descartes (Cubarsí, Marcos Llorente y Aleix García)?
-Ellos necesitaban ese mensaje de cercanía del entrenador. Obviamente no solo yo, sino todos los compañeros tuvimos ese momento de cercanía, de darles un abrazo para que no fuese tan complicado. Fue un episodio duro, fueron ellos pero pudo ser cualquier otro.
-Se vio en su situación, claro.
-Una mayoría de jugadores teníamos esa posibilidad de no continuar. Y el que decide es el míster. Durante los días previos yo intenté dar lo mejor de mí, ofrecer mi mejor versión.
-¿Lo celebró como un gol?
-Fue una alegría interna muy importante, obviamente. Es lo que te digo, si te pones a repasar mi trayectoria, se dan justo ahora las circunstancias que te permiten entrar en una convocatoria que finalmente conlleva la Eurocopa. Es algo que te produce un orgullo, una ilusión y una felicidad muy grandes. Lo primero que hice fue compartirlo con mi familia.
-¿Cómo fue esa situación durante días sabiendo que había tres descartes? ¿nerviosismo o competencia sana?
-Tú tratas de aportar todo lo que tienes, y al final la decisión la toma el míster. No está en tus manos. Fue una competencia sana, también con sus nervios, claro.
-Con 30 años y ninguna convocatoria anterior, igual es más de lo que podía soñar.
-Incluso cuando estaba en Inglaterra, siempre he peleado por tener la posibilidad de debutar con la selección y representar a mi país, eso es lo más satisfactorio para un futbolista, lo más grande del deporte que te apasiona. Era un sueño y me llegó con 30 años, como dices. Pero en el fútbol de hoy en día, con 30 años no estás ni cerca de ser un jugador viejo. El fútbol ha cambiado. Y también es lo bueno que caracteriza al seleccionador. No mira el DNI, sino los méritos y el rendimiento. Decidió traerme y yo soy una persona muy feliz.
-Al margen del entusiasmo, ¿qué aporta a la selección?
-Como atacante tengo polivalencia, entrega, goles, asistencias… Siempre he tenido esa opción de jugar en varias posiciones diferentes. Es algo que juega a mi favor. También, con los 30 años que hablábamos, tengo recorrido en el fútbol y puedo añadir experiencia.
-En las bandas están Lamine Yamal y Nico Williams, que parecen indiscutibles.
-Son buenísimos y muy desequilibrantes en el uno contra uno. Yo puedo aportar de muchas maneras, puedo jugar abierto, entre líneas en esa posición de número 10 y crear superioridades en la banda, también de delantero. En las posiciones de ataque tenemos jugadores de diferentes características que dan mucha variedad.
-¿Entiende que la gente no le conozca? ¿Le molesta?
-Claro, puede ser. Pasé nueve años en la Premier, recién llevo un año y medio en España. He hecho mi carrera en otro país, en otra liga, muy fuerte, muy potente, pero es entendible porque las circunstancias son las que son. No me molesta.
-¿Cómo fue su experiencia en Inglaterra?
-Muy buena. Siempre fui titular en Newcastle y en Leicester, hasta el último año cuando el entrenador ya no contaba mucho conmigo. Al no jugar, la cabeza me pedía volver a España después de muchos años, ya tenía la sensación de que psicológicamente había pasado mi ciclo en la Premier, había ganado un par de títulos y había llegado el momento de volver.
-¿Quiso salir de Inglaterra o volver a España? Son dos cosas distintas.
-Yo salí de Segunda División, del Tenerife a la Premier. Nunca había jugado en Primera. Quería competir a mi mejor nivel y era algo que tenía pendiente. También es verdad que, cuando ya no cuentas para el entrenador, el día a día se hace más costoso, es un país frío, la lluvia... Cuando las cosas no funcionan futbolísticamente, lo que no te gusta tanto se vuelve un poco peor.
-Le ha tocado elegir dorsal el último. ¿Por qué el 26?
-Somos dos nuevos y había dos números libres. Y después de hablar con Fermín, elegí el 26 porque con ese dorsal empezó mi historia en el Tenerife. Al no ser profesional podía elegir por encima del 25. Me salieron las cosas muy bien en mi debut en Segunda B, luego en Segunda División me sale un buen año y ya me fui a Inglaterra.
-Se habla mucho de la selección como familia. ¿Se exagera o es real?
-He estado en varios vestuarios, en unos hay rencillas, en otro va todo normal, en otros sin más. Y aquí, con el nivel superior que existe, gente que ha ganado de todo, el vestuario está unido, es muy firme, familiar. Da gusto la manera que funciona todo.
-¿Qué ha encontrado en el Betis? Venía de no jugar, un descartado del Leicester…
-He recibido mucho cariño de la afición del Betis, mucha confianza del entrenador, en el fútbol de hoy en día eso es importantísimo. Tiene mucha mucha fe en mí. Y todo esto te trae felicidad. La felicidad te lleva a un buen rendimiento. He sido titular casi toda la temporada. A finales de enero tuve una lesión en el tobillo, que era algo peor de lo que esperábamos y al final pues pasé cerca de dos meses fuera. En marzo volví a ese estado de forma otra vez y acabé bastante bien la temporada.
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