Moyua, el centro de la celebración en Bilbao

España volvió a salir a la calle para celebrar un triunfo de su selección masculina de fútbol. Ha llovido mucho desde los años dorados del tiki-taka, doce concretamente desde la última Eurocopa, y los aficionados más fieles a La Roja explotaron de alegría cuando Oyarzabal mandó a la red el centro milimétrico de Cucurella. Era el minuto 86. España volvía a estar de fiesta doce años después y las celebraciones se desataron en las principales plazas de todo el país. También en Bilbao, donde centenares de aficionados que habían vivido el partido en el parque de Doña Casilda gracias a la instalación de una pantalla gigante, acabaron de fiesta en Moyua.

Unas 200 personas se congregaron en la plaza bilbaína. Había de todo. Desde curiosos que se acercaron al lugar, hasta aficionados colombianos que estaban preparados para ver a su selección jugar la final de la Copa América. Pero los colores de la fiesta eran el rojo y el amarillo. Los bilbaínos que se acercaron a la plaza, ya de madrugada, llegaron con camisetas de La Roja, banderas, camisetas del Athletic... Incluso alguno llegó con una bandera rojigualda personalizada con el escudo del Athletic en el centro.

El cántico más repetido fue el famoso 'Yo soy español', que tanto se cantó entre los años 2008 y 2012. Pero esta vez, los aficionados de la selección adaptaron la canción a los nuevos tiempos. Con una perfecta coordinación, los 200 hinchas congregados en Moyua botaron mientras cantaban el «Xa, la, la la... soy español».

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Varias personas no dudaron en echarse a la fuente en el fervor de la celebración. Algunos, de hecho, subieron a la parte alta del monumento, en calcetines y empapados. Daba igual. Uno de ellos, con una gran peluca de rizos y una bandera española de gran tamaño, fue animado por la masa al grito de «Cucurella, Cucurella». La bandera presidió la fuente de Moyua toda la noche.

Los bilbaínos que acudieron a la fiesta también se acordaron de sus rivales en la Eurocopa. Botaron entre risas cuando alguien empezó a cantar eso de «es francés el que no bote» y reclamaron la soberanía del trozo de tierra más famoso de la península: «¡Es español, Gibraltar es español!».

Alrededor de un millar de personas siguieron la final de la Eurocopa a través de la pantalla grande colocada en el parque Doña Casilda, por una iniciativa del Partido Popular. Vibraron con los goles de Nico Williams y Oyarzabal y explotaron de júbilo al ver a Morata levantando el trofeo.

Pero la fiesta se vivió también en otros lugares de Bizkaia, como Getxo, donde un centenar de aficionados salió a las calles en el barrio de Neguri para celebrar la victoria, y Barakaldo o Ermua, donde también se instaló una pantalla gigante para que sus habitantes pudiesen disfrutar del partido.