El desencanto del Barcelona de Flick

El crédito ganado por el Barcelona con un comienzo arrollador lo ha perdido en los dos últimos meses de 2024. Tres derrotas seguidas en Montjuic. Algo insólito en la casa culé. Enderezar el camino en lo deportivo es el principal desafío de 2025. El 4 de enero partido de Copa contra el Barbastro, y el miércoles 8, semifinales de la Supercopa contra el Athletic en Arabia. Hay quien sostiene que los resultados no deben condicionar la salud del equipo, pero lo que está bien claro es que la suerte de Flick hoy en día depende más de los resultados que del juego desplegado ante el Atlético, pero que acabó en derrota.

Pero si la decepción en los resultados en la última parte del año en el campeonato liguero –cinco derrotas en la primera vuelta, las mismas que el equipo de Xavi en toda la temporada pasada– ha sembrado el camino azulgrana de incertidumbre, el desencanto es general en la afición. Frustración en las áreas deportiva, social y también en la económica. Aunque el presidente, Joan Laporta, tres años y nueve meses después de haber sido reelegido, se dirija a los socios que todavía confían plenamente en su palabra lanzando proclamas optimistas, lo cierto es que existe un alejamiento y cierta desafección de la masa social.

El penúltimo golpe se ha producido en los tribunales, que han negado la inscripción para el resto del campeonato de Dani Olmo y Pau Víctor. La decisión del juzgado número 10 de Barcelona, que ha sido celebrada por Javier Tebas, ha sido contundente: «La finalidad de autorizar el exceso de gasto es para que una baja de larga duración no merme la competición del equipo, no para que la baja de larga duración permita alcanzar la inscripción de jugadores que, con su salario, exceden el límite, que es lo que pretende el FC Barcelona», sostiene el juez.

Segundo mandato

En su segundo mandato, Laporta no ha podido cumplir con el fair play financiero y, según los auditores, la entidad debería haber declarado más perdidas que los 91 millones que ha hecho públicos. Por otro lado, aquella parte de la letra del himno del Barcelona que dice «Jugadors, seguidors, tots units fem força» (jugadores, seguidores, todos unidos hacemos fuerza) ha dejado de cumplirse desde que la junta directiva decidió inhabilitar y cerrar 'sine die' la Grada de Animación, integrada por cuatro grupos de peñas, entre 500 y 600 aficionados.

El club brindó tres oportunidades a las agrupaciones más animadoras del equipo para pagar los 21.000 euros de multa acumuladas en la temporada pasada. Se ha dado la coincidencia que desde entonces el club no ha ganado un partido en casa. La decisión ha sido censurada no solo por los castigados sino también por miembros de la oposición a Laporta, que han criticado «la deriva social, económica, institucional y ética del club». El cierre de la grada ha sido calificado de «desproporcionado porque criminaliza a todo un colectivo que ha demostrado estar al lado del equipo cada vez que lo ha necesitado». También han pedido, eso sí, que se identificara a los hinchas violentos y se adoptaran las medidas pertinentes.

El alejamiento también se observa en el número de socios abonados, que es de 22.700, la mitad del aforo de Montjuic. Pero peor es el caso de la remodelación del nuevo Camp Nou, cuya reinauguración estaba prevista en principio para el pasado octubre y la fecha anunciada ahora es para el próximo febrero. Si de algo está orgulloso el barcelonismo es de su cantera de jugadores, en los que Lamine Yamal, 17 años, ha sido premiado como jugador emergente en la gala del Globe Soccer, el premio Kopa de 'France Football' y el Golden Boy que concede el diario 'Tuttosport'.