Rubiales y el fútbol vasco
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El dirigente granadino ha mostrado un brusco desprecio a las selecciones masculina y femenina de Euskadi y a que puedan jugar incluso amistosos en fechas FIFASecciones
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Análisis ·
El dirigente granadino ha mostrado un brusco desprecio a las selecciones masculina y femenina de Euskadi y a que puedan jugar incluso amistosos en fechas FIFASe ha hablado de los 'Supercopa Files' (venta de esta competición española a Arabia Saudí) como uno de los episodios más turbios del mandato de Luis Rubiales, pero no conviene olvidar algunos otros que, en este caso relacionados con el fútbol vasco, ha protagonizado el ... dirigente granadino en su controvertido quinquenio.
Más allá de la decisión de la UEFA en la organización de la última Eurocopa de mantener como sedes solamente a las ciudades que aseguraran la presencia de público -intentando preservar ingresos por encima de la salud pública-, en el caso de la privación de Bilbao de esa condición en favor de Sevilla resultó fundamental la actuación de Rubiales. El de Motril nunca vio con buenos ojos la designación de la capital vizcaína, auspiciada por su antecesor, y buscó ya con anterioridad a la pandemia llevársela al Guadalquivir. ¿Razón? La entrada de dinero extra en el marco del jugoso contrato que la RFEF suscribió con la Junta de Andalucía para la celebración de partidos.
Antes de eso, con motivo de la aprobación en diciembre de 2018 por parte de la Federación Vasca de Fútbol (FVF) de la solicitud de oficialidad internacional de sus selecciones, Rubiales, contrariado por la democrática decisión de la asamblea de la FVF, tras cuestionar puerilmente su representatividad, tuvo la desfachatez de pedir en público y con malas formas, en plena reunión de la RFEF, al presidente Luis María Elustondo: «Quiero tu dimisión hoy encima de mi mesa». Desconocía al parecer su incompetencia para tan insólita baladronada, y menos por motivo de que el presidente de la FVF diera cauce al deseo del fútbol vasco, reflejado en el resultado de una votación aplastante que vino a confirmar la procedencia de la propuesta. Lo que honró a Elustondo, como también una corrección en las formas de la que el exjugador del Levante ha demostrado carecer.
En relación con la Euskal Selekzioa, en lugar de intentar buscar la conciliación de intereses, Luis Rubiales ha mostrado brusco desprecio, no ya a la oficialidad, sino a que las selecciones vascas, masculina y femenina, puedan siquiera jugar partidos amistosos en fechas FIFA, lo que no está limitado por ninguna norma. Para forzar por la vía de la imposición un paso atrás en la legítima apuesta de la FVF, inventó un supuesto acuerdo de los presidentes de federaciones autonómicas para permitir solamente un partido anual en dichas ventanas FIFA, acuerdo al que Elustondo notificó negro sobre blanco nunca haberse sumado. Obviamente un aquietamiento por parte de la FVF a esa restricción competitiva (como ha acabado aceptando la actual federación) socava el futuro de nuestras selecciones, que ya encuentran, de por sí, serias dificultades para encontrar rivales. De lo que, por cierto, la Federación del señor Rubiales tampoco ha sido ajena.
Lo último ha sido el intento de que la FVF firmara un llamado 'convenio de integración' en la RFEF, sin sustento legal, cuyo objetivo era en realidad su renuncia expresa a la aplicación de lo dispuesto en la nueva Ley del Deporte sobre oficialidad internacional autonómica, burda intentona que no es más que un reconocimiento de su potencialidad. Éste ha sido el señor Luis Rubiales para con el fútbol vasco. Enfrentado con todos y con todo, menos con el negocio y con el poder autoritario que no respeta la diversidad. Un presidente que no ha demostrado saber dialogar y solucionar problemas, sino crearlos.
Y esa exigible capacidad de llegar a acuerdos nada tiene que ver con nombrar en su junta directiva, a cambio de apoyo electoral, al presidente de la Federación vizcaína con una 'irrenunciable' retribución (como se ha comprobado en recientes fechas). Comprada esa colaboración necesaria, Rubiales ha combatido con malas artes las justas reivindicaciones del fútbol vasco. Ello también quedará en su debe.
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