Costa de Marfil, la selección sin entrenador que sobrevive de carambola en la Copa África y elimina a la gran favorita

Todo se había torcido en apenas tres días, porque Costa de Marfil abrió su Copa África con una victoria sobre Guinea-Bissau por 2-0, que, con el actual formato, en el que cuatro de la seis terceras acceden a la siguiente ronda, les daba prácticamente la clasificación. Sin embargo, los de Jean-Louis Gasset, se complicaron la vida con una derrota por la mínima ante Nigeria en la segunda jornada, antes de la debacle frente a Guinea Ecuatorial, que les dejaba con solo tres puntos y un golaveraje negativo de -3.

En busca de seleccionador

Tras la caída de Ghana, Costa de Marfil necesitaba entonces otro tercero con peor puntuación que ellos para estar en la siguiente ronda. Para ello dependía simplemente de una victoria de Marruecos ante Zambia. Sin embargo, la federación no quiso siquiera esperar a la conclusión de la fase de grupos y despidió a Jean-Louis Gasset. Apenas un día después se confirmó su clasificación tras la victoria marroquí por 0-1.

La federación intentó entonces buscar un seleccionador por todos los medios. Uno casi puede imaginarse a los directivos costamarfileños pegados al teléfono pidiendo a gritos un técnico para mañana por la noche. Porque el sorteo les había emparejado nada menos que con Senegal, vigente campeona y la gran favorita, con el permiso de Marruecos, para alzarse con el título. La desesperación de la federación era tal que incluso llegaron a sugerir a Francia que les cedieran a Hervé Renard, actualmente entrenador de la selección femenina francesa y que ganó la copa con Costa de Marfil en 2015. Francia se negó, así que no tuvieron otro remedio que elegir a Faé Emerse, ayudante del malogrado Gasset y entrenador del combinado sub-23. Emerse, sin apenas experiencia como técnico, se vio de pronto preparando una eliminatoria de la Copa África ante la poderosa Senegal.

Los de Aliou Cissé llegaban con un pleno de victorias en la fase de grupos y su condición de favoritos se hizo más acusada cuando se adelantaron nada más empezar. Sin embargo, el gol pareció relajar a los senegaleses, que consideraron que el trabajo estaba hecho. Craso error. La falta de intensidad de su rival animó a Costa de Marfil, que comenzó a llegar con peligro. Cuando el encuentro agonizaba, Nicolas Pepé logró provocar un penalti, que fue transformado por Frank Kessié para llevar el partido a la prórroga. Nadie pudo resolver la igualada en el tiempo extra, a pesar de que ambos bandos tuvieron ocasiones, por lo que el partido se tuvo que decidir en los penaltis. El senegalés Niakhaté fallo su pena máxima, mientras que los costa marfileños fueron infalibles. Frank Kessié asumió de nuevo la responsabilidad, y transformó el quinto y definitivo penalti para dar a su selección el pase a cuartos. En cuartos espera el ganador del Malí-Burkina Faso, dos selecciones asequibles, que pueden permitir a la anfitriona seguir soñando, días después de estar sin entrenador y al borde de la eliminación.