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Iñigo Agiriano
Domingo, 11 de febrero 2024, 23:20
Costa de Marfil terminó la fase de grupos con tres puntos, quedando virtualmente eliminada a la espera de lo que sucediera en otros grupos. Milagrosamente, los errores de Ghana y Zambia le dieron el pase a la siguiente ronda, aunque en esta ya no estuvo ... Jean-Louis Gasset, que había sido despedido por sus pobres resultados sin esperar siquiera a la conclusión de la primera fase. El exjugador Emerse Faé, sin apenas experiencia como entrenador, se hizo cargo del equipo y logró obrar el milagro, superando tres complicadas eliminatorias ante Senegal, Mali y Angola para plantarse en la final y acabar ganándola.
A pesar de jugar en casa, Nigeria era ligeramente favorita en base a lo mostrado hasta la fecha. Las Águilas Verdes solo habían recibido dos goles en todo el torneo, una muestra de su fortaleza defensiva, que sumada a la presencia de Oshimen, hacen de Nigeria un temible rival. Las intenciones de ambos conjuntos quedaron claras desde el inicio. Costa de Marfil quería el balón y lo movía con criterio ante una Nigeria totalmente replegada. Armada en un 5-4-1, los de José Peseiro, confiaban en propiciar errores de su rival y aprovechar la velocidad de sus atacantes para hacer daño al contraataque. Adingra, que se mostró muy activo desde el costado izquierdo, creó la primera ocasión del encuentro tras un buen centro que no alcanzó Haller. A pesar de su dominio, a Costa de Marfil le costó crear ocasiones. No fue hasta la media hora cuando volvieron a inquietar a Nwbali, con una buena triangulación que terminó en los pies de Adingra, cuyo remate se encontró con una gran respuesta del portero nigeriano. Sin embargo, a pesar del abrumador dominio local, fue Nigeria la que se adelantó, tras un saque de esquina que el capitán Troost-Ekong remató con un potente cabezazo.
Tras la reanudación el encuentro siguió por los mismos derroteros. Dominio total de Costa de Marfil ante una Nigeria que defendía cada vez más cerca de su portería. Las ocasiones de los locales se sucedían; especialmente clara fue una que Bassey tuvo que sacar desde la línea. Tanto va el cántaro a la fuente que finalmente llegó el gol local, en una falta lateral que remató Kessié en el segundo palo. El empate no hizo reaccionar a Nigeria, todo lo contrario, enardeció los ánimos de los anfitriones, que siguieron llegando con peligro. Haller avisó con una chilena espectacular que se marchó fuera por milímetros y apenas cinco minutos después llegó el tanto definitivo. Adingra, eléctrico durante todo el encuentro, superó a su par y centró para Haller, que remató prácticamente con la punta de la suela en un escorzó imposible que superó a Nwabali. Solo cuando se vio por detrás en el marcador llegó la reacción nigeriana. Con más corazón que cabeza, las águilas trataron de acumular muchos jugadores en posiciones ofensivas y encerrar a Costa de Marfil, pero los muchachos de Emerse Faé defendieron con criterio y no renunciaron al ataque.
La victoria es un premio a la valentía. Los costamarfileños quisieron ganar desde el minuto uno ante una Nigeria que pagó caro su excesivo pragmatismo. Emerse Faé se llevará, merecidamente, todos los focos, pues tuvo que hacerse cargo a mitad del torneo de una selección deprimida, y le ha dado en apenas unas semanas un espíritu competitivo admirable, además de proponer un fútbol atrevido y vistoso. Costa de Marfil, la selección que estuvo virtualmente eliminada durante varios minutos, la que cesó a su técnico a mitad del torneo es la nueva campeona de África. Así de bonito puede ser el fútbol.
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