La Real despide de la Copa al subcampeón en El Sadar

Como consecuencia del videoarbitraje, que entró en la Copa precisamente en octavos, Osasuna se quedó entonces con diez a falta de más de media hora y con el marcador en contra, tras el penalti provocado y marcado por Oyarzabal. El delantero de la Real fue decisivo para la resolución de una eliminatoria que el conjunto donostiarra quiso sentenciar al inicio del segundo tiempo tras una primera parte muy trabada y soporífera. El penalti de Catena a Oyarzabal por un agarrón al brazo del goleador de la Real cuando se iba a portería llegó sin embargo cuando mejor estaba el conjunto visitante y más merecía el gol.

Oyarzabal y la Real sacaron petróleo de esa acción del goleador guipuzcoano que sepultó a Osasuna, que lleva sin ganar en partido oficial al equipo donostiarra desde 2012 y en esta edición de la Copa tampoco pudo con el favorito a partido único ante su afición. Aunque la Real ha experimentado un bajón y no está en su mejor momento, esa jugada en el área definitiva del atacante del conjunto guipuzcoano, fue suficiente para doblegar de nuevo al conjunto rojillo, que afrontaba en este cruce de Copa «el reto de la temporada», según aseguró su técnico, Jagoba Arrasate, pero no tuvo opción a la sorpresa por falta de ocasiones claras. Y mucho menos, tras la expulsión de Catena, aunque lo intentase con pundonor hasta el final.

Sin embargo, está en tal período de dudas la Real, también mermada en El Sadar por la baja de última hora de Zubimendi y la ausencia de Kubo (en la Copa de Asia), que cuando se puso por delante en el marcador y en superioridad numérica, permitió crecer a Osasuna, un bloque siempre competitivo que no quiere rendirse ni en las situaciones más adversas y cuando es imposible remontar. Porque Osasuna, con su característico ímpetu, no quiso perder la fe cuando la Real Sociedad se quedó sin el control del duelo y se vio sobrepasada por momentos en los enfrentamientos individuales.

Entonces, la actitud defensiva que mostró Osasuna durante toda una primera parte en la que ambos equipos se anularon y no hubo un solo disparo a portería de ninguno de los dos, pasó a exhibirla la Real, fiada al 0-1 y a la incapacidad ofensiva del conjunto rojillo. Pese a la valentía que mostró Osasuna en el segundo tiempo ya con todo perdido, y los avisos del subcampeón copero a balón parado, aguantó a base de contención la Real para certificar su triunfo en el tiempo reglamentario.

Dejó en el tramo final muchos espacios Osasuna, volcada ya con todo en busca del empate. Sin embargo, no hubo claridad local y el éxito fue también de la defensa de la Real, un conjunto que ya antes del segundo penalti en el minuto 96, de Aitor Fernández a Brais Méndez y detenido por el portero local, pudo ampliar el marcador al contraataque mientras los rojillos se habían vaciado para certificar su digno adiós a la Copa.