Las Llanas nunca decepciona

La fiesta comenzó mucho antes del pitido inicial en Sestao. Sobre las siete de la tarde, varios centenares de personas realizaron una numerosa y vistosa 'kalehira' hacia el estadio, que vivió su momento culmen con la llegada del autobús a las inmediaciones del campo. Fue en ese momento cuando todos se dejaron la voz, se prendieron decenas y decenas de bengalas, botes de humo de color verde y negro, y todas las banderas y bufandas se ondearon con fuerza. Todos entonaban al unísono las canciones habituales de ánimo hacia el conjunto sestaotarra, contagiando a los jugadores en el interior del autocar. Muchos de ellos, nuevos fichajes este pasado verano, observaban con asombro el bullicio que había montado a su alrededor.

En el interior del estadio, todo se intensificó, como no podía ser de otra manera. La lluvia hizo que todos los aficionados se situaran en tribuna y preferencia, abarrotadas de arriba a abajo. Antes de que se efectuara el pitido inicial, los aficionados cantaban incluso las canciones que sonaban por megafonía. Aunque la sorpresa estaba preparada para cuando los jugadores saltaron al verde. Desde Preferencia se podía ver una gran pancarta donde se leía 'Garai berriak, Balore Zaharrak 1987-2023', en referencia a la anterior visita del Celta a Las Llanas, con el ascenso a Primera División en juego a ambos equipos, donde acudieron más de 12.000 personas, viviéndose un partido histórico.

A esa pancarta y a los gritos muy sonoros de los aficionados sestaotarras, les acompañaron unos espectaculares fuegos artificiales. Comenzó la hinchada con el mayor de los ánimos el partido, que solo se templaron con el 0-1. A raíz del buen juego de su equipo, el buen ambiente revivió. Así llevaron en volandas a los suyos hasta conseguir el empate, que fue un momento de éxtasis absoluto. Se sucedían los cánticos ya gente todavía se abrazaba, cuando González Fuertes se inventó un penalti que tiró la fiesta al traste y que terminó significando la derrota del Sestao River de manera muy cruel. A pesar de todo ello, la afición recompensó el trabajo de su equipo con una gran ovación al terminar el encuentro.