El Gernika logra el premio gordo de la Copa en los penaltis

En intensidad y entrega el Gernika le dio una auténtica lección, por mucho que las mejores ocasiones –pocas porque el encuentro resultó muy trabado– fueron para el cuadro visitante. Los pepineros salieron con un claro tres, cuatro, dos uno intentando tener superioridad en la zona ancha y buscando ampliar el campo lo más grande posible. Sin embargo, se encontró con una escuadra anfitriona muy bien plantada sobre el césped. El exmeta del Athletic, Gorka Iraizoz, segundo de Larrazabal en el banquillo de Urbieta realizó un buen trabajo de análisis del rival y los blanquinegros tenían claro como frenar al contrario

La consigna de Larrazabal a sus hombres estaba clara: Cerrar los espacios, ser generosos en el esfuerzo y salir como cuchillos a la contra. Y la escuadra gernikarra plasmó las órdenes a la perfección. De hecho, el once foráneo, que presentaba algunas novedades respecto al que habitualmente arranca en la Liga SmartBank, no se encontró cómodo en ningún momento durante la primera mitad. Solo algún fogonazo por la derecha de Javi Avilés rompía su juego lento y tedioso que casi siempre terminaba con algún balón colgado al área, fácil de despejar para la zaga anfitriona.

Los de Larrazabal avisaron pronto de sus intenciones por mediación de un incisivo Gallastegi y de un disparo de Miguel Carvajal desde el borde del área pepinera que se marchó alto. La única oportunidad visitante llegó en una jugada a balón parado poco después de la media hora. Un lanzamiento de falta botado por Fede Vico golpeó en la barrera y el rechace lo recogió el propio Vico que a punto estuvo de sorprender al héroe de la tarde, el meta Jon Altamira.

El cancerbero gernikarra, duda hasta última hora por una ciática, resultó determinante con sus intervenciones en la segunda mitad y posteriormente en la tanda de penaltis. Y es que, tras el paso por vestuarios, el Leganés se mostró algo más incisivo y directo. Los cambios que introdujo Idiakez dieron más fluidez al equipo. A ello se sumó el hecho de que el Gernika comenzó a pagar el esfuerzo físico. Yacine Quasm, Piotr Pazyszek a los poco minutos de la reanudación y el recién salido Daniel Raba en el tramo final pusieron a prueba, sin suerte, a un inspirado Altamira.

Y David, que no terminaba de creérselo del todo hasta entonces, comenzó a ver realmente que podía vencer a Goliat para estar en el sorteo de la siguiente ronda de la Copa que tendrá lugar el miércoles. Había que aguantar media hora más de prórroga –fácil de decir y complicado de hacer después de noventa minutos de máxima entrega– para soñar con que la suerte podía estar del lado gernikarra. Creer es poder. El marcador se mantuvo inamovible también en la prórroga, pese al dominio territorial del Leganés y en los penaltis la moneda cayó cara para el cuadro vizcaíno y cruz para los pepineros.

Tras cinco lanzamientos por equipo sin fallo alguno, el meta local Jon Altamira detuvo el balón a Naim García convirtiéndose en el héroe de la parroquia local. Decenas de niños saltaron al campo para abrazar al cancerbero blanquinegro mientras coreaban su nombre. Puestos a soñar, el Gernika espera el otro premio gordo en el bombo del miércoles.