El defensa Pol Arnau, hijo del fallecido Francesc, héroe de la UD Logroñés tras parar un penalti al Girona: «Tengo un ángel en el cielo»

Minuto 102. Primera parte de la prórroga, a la que se llega tras el empate sin goles. Stuani, que busca con ímpetu un balón en el área, impacta contra la cabeza de Kike Royo, guardameta de la UD Logroñés. En ese momento el equipo local no tiene ningún cambio disponible. La normativa de la Copa, a diferencia de la Liga, no concede una sustitución extra por conmoción, como es el caso. Así que el entrenador Sergio Fernández, que acabaría expulsado por protestar una acción, tiene que elegir a un jugador de campo para que se ponga bajo palos.

El técnico local entrega los guantes a Iván Garrido, centrocampista. Pero a su lado, tímido, se asoma Pol Arnau, lateral izquierdo de 19 años, que pide ser él quien se ponga bajo palos. Es el hijo del malogrado portero Francesc Arnau, ex del Barcelona y Málaga. El 21 de mayo de 2021 se arrojó a las vías del tren en Oviedo. Allí había llegado año y medio antes para ejercer de director deportivo del club de la capital del Principado.

Pol, que juega en el filial y que ya anotó en la ronda anterior el gol que clasificó a su equipo contra el Eibar, no lo sabía, pero estaba a punto de escribir una de las páginas más bonitas del deporte. Con uno menos, el incansable trabajo de sus compañeros permitió que todo un Girona apenas inquietase su portería. Sí que se mostró muy seguro al atrapar el balón en un par de acciones. Y se llegó a la tanda de penaltis, donde se convertiría en héroe.

En una situación donde los nervios se apoderan de uno, Pol Arnau estaba relajado, sonriente, ajeno a la presión. Comenzó la tanda. Van de Beek adelantó a los de Míchel, Caballero tampoco falló su chut y el siguiente en tirar era Abel Ruiz. Arnau, que ya había acertado la dirección del lanzamiento anterior, adivinó las intenciones del oro olímpico en París. Se estiró a su lado izquierdo y despejó con fuerza para hacer rugir a Las Gaunas.

Su compañero Jon Madrazo se estrelló después contra Pau López, por lo que la igualdad continuaba. Danjuma y Juanpe, por el Girona, y Juan Cruz y Eloy Moreno, por la UD, convirtieron sus tiros. Se llegaba al quinto y la responsabilidad del bloque catalán recayó en un especialista como Stuani. Pateó con fuerza, el balón impactó en el larguero y botó, a ojos del colegiado, sobre la línea, aunque las imágenes dejan muchas dudas. Yasin Lorenzo anotó el decisivo para rubricar una hazaña de época.

Todos corrieron a abrazarle mientras él se derrumbó en un mar de lágrimas. Se acordó de su padre. «Siempre me ha gustado ver a mi padre de portero. También he visto muchos partidos de mi hermano -Marc, que juega en el Mollerussa-. Quiero darle las gracias a toda mi familia, que siempre me ha apoyado. Tenemos un ángel en el cielo que me está apoyando y lo he visto tan claro que me ha ayudado para poder parar ese penalti», declaró tras el encuentro. «Tenía presente a mi padre antes de ponerme. Bueno, cada partido, cada día.... Claro que he pensado: 'va por ti, papá'», añadió ante los micrófonos de la 'Ser'. Francesc le recomendó a su hijo Pol en sus comienzos que jugara mejor en el campo que bajo palos. Anoche su primogénito le honró de la mejor manera.