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Campo de Lakua Sansomendi donde se produjo la pelea. Rafa Gutiérrez

Cien personas protagonizan una batalla campal en un partido de juveniles del Indautxu en Vitoria

El árbitro del encuentro también pidió la expulsión de un aficionado por amenazas y varios asistentes agredieron a uno de los jugadores

J. Aroca y J. Ensunza

Lunes, 13 de noviembre 2023

El Lakua-Indautxu, encuentro de Liga Vasca Juvenil que se disputó este sábado en Vitoria, fue escenario de una batalla campal entre aficionados. Un centenar de personas entre jugadores y asistentes protagonizaron duros incidentes tras el encuentro, por lo que el árbitro requirió la presencia ... de efectivos policiales. Seis patrullas de la Ertzaintza y dos de la Policía Local acudieron a las instalaciones de Sansomendi.

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Los hechos más graves se desencadenaron nada más terminar el encuentro. Cuando el colegiado del choque indicó el pitido final -el encuentro concluyó con victoria visitante (1-2)-, jugadores de ambos equipos se encararon sobre el césped y un puñado de aficionados -cinco refleja el acta-, «ajenos a ambos equipos», según fuentes del Indautxu, saltaron al terreno de juego, rodearon al portero del conjunto vizcaíno y «le propinaron varios puñetazos, uno de ellos en el ojo» que obligaron a trasladarle al hospital.

Acto seguido saltaron al césped más aficionados y ahí se desencadenó «la batalla campal» que refleja el colegiado, con la participación de un centenar de personas «entre jugadores y seguidores». La entidad bilbaína, sin embargo, niega que esto último fuera así. «Las personas que saltaron al campo fueron en su mayoría para calmar los ánimos y en nuestro caso familiares del portero para asistirle. La expedición del Indautxu estaba conformada por una docena de padres», detalla el presidente del Indautxu, José Hernández.

El club vizcaíno, además de denunciar la agresión sufrida por su jugador ha condenado «rotundamente» y «sin paliativos» este tipo de comportamientos en instalaciones deportivas «donde deberían imperar otro tipo de actitudes». Asimismo, ha mostrado su preocupación «por la normalización de estos incidentes» y muestra su disposición a colaborar «con las entidades competentes» a la hora de «depurar todas las responsabilidades» existentes.

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Además, ha anunciado su intención de presentar alegaciones ante la Federación Vasca para aclarar algunos apartados del acta que considera que no se ciñen completamente a la realidad. «Todo se inicia cuando ese grupo de jóvenes salta al campo a agredir a nuestro jugador y parece que hemos sido los causantes», apunta el máximo mandatario del Indautxu.

El encuentro, aunque no fue de los que podría calificarse de bronco sobre el terreno de juego, sí que se vivió con gran ardor en la grada durante los 90 minutos. Según el colegiado, «la actitud del público de ambos equipos fue mala» durante todo el duelo y, en especial, «la de los aficionados que reconozco como los del Indautxu por sus cánticos y protestas». Así, en el minuto 94, el colegiado pidió la expulsión de un seguidor -al que identifica como padre de un jugador del conjunto vizcaíno- por «gritarme, insultarme y amenazarme gravemente». Con la ayuda del delegado, esa persona fue expulsada.

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Al término del encuentro, el árbitro tuvo que ser acompañado a los vestuarios «porque mi integridad física no estaba asegurada» y, tras la llegada de los efectivos policiales a las instalaciones, fue escoltado por los agentes hasta su vehículo «para evitar males mayores», según refleja en el acta. «En once años como responsable del club no había visto una cosa así. Es muy triste que se produzcan hechos de este tipo», zanjó el presidente del Indautxu.

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