
EL CORREO
Miércoles, 19 de mayo 2021, 18:37
El dueño de una empresa puede organizarla a su antojo. Y ser dueño de un equipo de fútbol, lo mismo. Esto es lo que ha sucedido en China. Un empresario que quería que su hijo jugara como titular en un equipo se compró el Zibo Cuju, un club en bancarrota de la segunda división del país asiático. Su siguiente paso fue 'convencer' al entrenador para que pusiera de titular a su vástago, que pesa nada más y nada menos que 126 kilos. Dicho y hecho. No es que sea titular, es que tira todos los penaltis, faltas y saques de esquina del equipo. Al Zibo Cuju, que podría haber contado con grandes fichajes gracias a su dueño, no le va muy bien. Va último en la clasificación con solo un punto en la tabla.
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