El ascenso del Amorebieta amortigua la pérdida de relevancia del fútbol vizcaíno

De este modo, el balón en Bizkaia ha pasado a tener tres escuadras en los tres primeros escalones: Athletic, Amorebieta y Bilbao Athletic. Muy lejos, por ejemplo, del curso 2018-19, cuando contaba con ocho: el equipo rojiblanco, en la máxima categoría; Amorebieta, Arenas, el filial bilbaíno, Barakaldo, Gernika, Leioa y Cultural de Durango en la división de bronce. O este último ejercicio, con seis escuadras en Segunda B.

«Es un palo para Bizkaia, que palía en parte el Amorebieta», asiente Iñaki Gómez Mardones, presidente de la Federacion Vizcaína de Fútbol. «El fútbol vizcaíno ha salido muy mal parado de esta reorganización», se queja Eduardo Rivacoba, presidente del Portugalete, uno de los conjuntos que empezará el ejercicio en el quinto nivel tras su descenso. «De golpe nos ha perjudicado. Sí, es un salto tener al Amorebieta en Segunda. Pero han bajado tres equipos vizcaínos», lamenta Francisco Egusquiaguirre, máximo dirigente de un Arenas que se ha mantenido en Segunda RFEF, un éxito para la formación getxotarra, pero la realidad habla de la pérdida de un piso. «Es cierto, hemos retrocedido. Hemos pasado de la tercera categoría a la cuarta».

Esta nueva segmentanción del balón en España, impulsada por Luis Rubiales, responde al deseo de crear una categoría intermedia entre Segunda A y Segunda B y que el salto entre una y otra no resulte tan abrupto. «El deseo es conseguir una competición que logre la excelencia y que todos los clubes clasificados puedan participar en ella. Además, crear un sistema más justo, que permita llegar hacia arriba de manera escalonada y no un cuello de botella», expuso en su día el máximo dirigente de la Española. En Bizkaia, los clubes están de acuerdo en el fin último que se persigue, pero no el camino que se ha emprendido. Vamos, aceptan el fondo pero no las formas. Lo explica el presidente del Portugalete. «Nace con el objetivo de profesionalizar el fútbol. Y su creación es buena. No obstante, se profesionaliza esa categoría, pero se desprofesionaliza el resto. ¿Por qué? Porque de los 90 equipos que habrá en Segunda RFEF, solo 36 estaban antes en la antigua Segunda B, el resto vienen de Tercera. Es ilógico. Muchos equipos que han subido nunca han estado en Segunda B y va a bajar mucho el nivel profesional del futbolista. Desconocen, en algunos casos, cómo se hace un contrato laboral, la Seguridad Social...», aporta Rivacoba.

También tuercen el gesto los equipos vascos por otros dos asuntos que, en su opinión, les han perjudicado. De un lado, por el momento elegido, en plena lucha contra el coronavirus. «Llevamos muchos años pidiendo un análisis de situación, pero se ha hecho en el año que menos convenía», comenta Javier Landeta, presidente de la Federación Vasca de Fútbol y exmáximo dirigente del Leioa, otro de los que ha caído a Tercera. «¿Por qué no era la temporada? Porque antes que nada era la pandemia. Los clubes humildes han tenido que recortar ingresos. Tenía que haber sido un año de transición y ya, cuando se acabara todo, hacer la reestructuración», aporta.

De la otra parte, consideran todos los clubes que les ha penalizado la distribución del Grupo II. Se configuraron dos subgrupos, uno con las formaciones de Euskadi, el Laredo y el Racing, y el otro con escuadras de Aragón, Navarra y La Rioja. «Eso nos ha perjudicado -destaca Egusquiaguirre-. Se tenía que haber compensado, y mezclarnos todos contra todos. No hubieran bajado tantos», explica el dirigente del Arenas. «Yo era el portavoz de los equipos vascos -evoca Landeta- y yo siempre he defendido que los subgrupos estaban mal hechos. Había una diferencia de potencial enorme entre uno y otro. Y el tiempo me ha dado la razón».

Así ha sido. Tres formaciones del subgrupo de Euskadi jugaron el play-off de ascenso, dos (Real B y Amorebieta) subieron, otras dos (Racing y Real Unión) lograron los dos únicos puestos para saltar a Primera RFEF... Pero el Barakaldo, el Portugalete y el Leioa pagaron su mal inicio. Y cayeron a Tercera. «Todo esto es una situación un poco catastrófica», remata Gómez Mardones.

Desde el 15 de agosto, afronta la temporada 91 de Primera División.

El conjunto azul debuta en la categoría, el octavo vizcaíno en la historia de Segunda.

El único representante vizcaíno, tras perder la final por el ascenso ante el Burgos.

Al contrario que Segunda B, que desaparece, contará con 90 equipos; lo habitual en la extinta categoría eran 80. En teoría, diez subirán a Primera RFEF. Es el cuarto nivel del fútbol en España.Arenas: Logró la 'permanencia' este curso.Gernika: El mejor vizcaíno de Tercera.

Sestao o Urduliz: El que gane la final sube.

Es el quinto peldaño nacional, y se configura como la anterior Tercera; esto es, cada grupo estará compuesto por equipos de la misma comunidad autónoma. Habrá, en principio, 324 escuadras.

Barakaldo: Nueve años después, cae de categoría.

Portugalete: Su regreso a Segunda B fue efímero.

Leioa: Seis cursos en 2ªB que se terminan.

Basconia: Se quedó sin dar el salto a Segunda RFEF.

Deusto: Los 'tomateros' se consolidar en la categoría.

Santutxu: Otra campaña más en Tercera.

Sestao o Urduliz: Será el que pierda la final.