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Iñigo Agiriano
Domingo, 17 de diciembre 2023, 17:26
El Arsenal recibía al Brighton consciente de tener una gran oportunidad para distanciarse de sus rivales por el título. El City se había dejado dos puntos en su partido ante el Crystal Palace en la tarde del sábado, mientras que el Liverpool cerraba la jornada ... a las 17:30 en un duelo complicado ante el Manchester United. Los de Arteta sabían que una victoria les colocaría lideres de forma provisional y salieron decididos a llevarse los tres puntos. Enfrente estaba el Brighton, precisamente el último equipo que había logrado ganar a los gunners en su campo, en aquel 14 de mayo en el que los londinenses perdieron sus opciones de conquistar la Premier.
La propuesta de Roberto de Zerbi por sacar el balón jugado es innegociable, y Arteta, consciente de ello, planteó una presión muy adelantada para cortocircuitar todas las vías de salida de su rival. El plan funcionó durante la primera mitad. Los seagulls eran incapaces de progresar y el Arsenal recuperaba rápido el balón y lo movía con criterio en campo rival. Odegaard y Saka se juntaban en la banda izquierda y desde ahí surgieron la mayor parte de acciones de peligro de su equipo. Los de de Zerbi defendieron bien el área y el Arsenal se vio obligado a buscar disparos desde media distancia. La ocasión más clara llegó pasada la media hora de encuentro, y tuvo como protagonistas precisamente al noruego y al inglés. Odegaard puso un pase genial para la carrera de Saka y este cedió para Martinelli, que no atinó en su remate a puerta vacía debido al acoso de Van Hecke.
La insistencia del Arsenal tuvo premio poco después de comenzar la segunda mitad. Van Hecke realizó una gran intervención tras un error de su portero para evitar el gol de Odegaard, pero tuvo que conceder un córner en el que se convirtió en villano, cuando un mal despeje hacia el segundo palo permitió a Gabriel Jesús rematar a puerta vacía. De Zerbi agitó el avispero con una triple sustitución y su equipo mejoró, pero los gunners comenzaron a encontrar espacios en las transiciones. Lewis Dunk, colosal todo el partido, se erigió en el baluarte de su equipo y lo sostuvo con varias acciones de mérito, entre ellos un córner que sacó bajo palos. Odegaard pudo ampliar la ventaja de los suyos pasado el minuto setenta, pero Verbruggen le negó el tanto con una gran parada.
La distancia, sin embargo, seguía siendo corta y el Brighton estuvo muy cerca de empatar en los minutos finales con un remate de Gross. La respuesta de los gunners fue inmediata y Rice, tras una gran acción individual, estuvo a punto de batir a Verbruggen. El gol de la tranquilidad llegó poco después, tras una contra que cogió a los seagulls descolocados y en la que Nketiah asistió a Havertz. La diferencia pudo ser incluso mayor, pero el tercero no llegó debido a otra buena intervención del portero neerlandés. Con la victoria, el Arsenal se coloca líder provisional de la Premier League y pone la pelota en el tejado del Liverpool. Los de Klopp tendrán que ganar uno de sus grandes rivales, el Manchester United si quieren seguir ostentado la primera posición.
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