La agresión de un padre al árbitro le cuesta el descenso y una multa a un equipo en Burgos

Un «castigo ejemplar». El Comité de Competición y Disciplina Deportiva de la Federación de Castilla y León de Fútbol ha decidido imponer al Capiscol CF una sanción «ejemplar, justa y aquilatada» tras la agresión cometida por un aficionado del equipo al árbitro del partido de cadetes que le enfrentó el pasado fin de semana al CD Aranda Riber. Una sanción que tiene una doble vertiente deportiva y económica. La primera de ellas se traduce en el descenso de categoría del club; la segunda, en una multa de 1.500 euros.

En este sentido, el Comité de Competición, que ha abierto expediente de oficio al no poder contar -por razones obvias- con el acta arbitral, considera que la agresión cometida por el aficionado del Capiscol es «inaceptable».

A partir de ahí, el Comité de Competición ha echado mano de la normativa federativa, que determina que, más allá de la consecuencias civiles y penales que pueda acarrear la agresión, el club «ha de ser responsable de los actos de sus seguidores». Máxime teniendo en cuenta que en categorías como la del encuentro, muchos de esos aficionados son familiares de los jugadores.

A partir de ahí, y una vez considerada que la agresión es una «falta muy grave», el ente federativo ha decidido imponer al club burgalés un castigo «ejemplar» mediante una resolución ante la que cabe interponer recurso ante el Comité de Apelación en el plazo de diez días.

Mientras tanto, el hombre acusado de la agresión quedaba hoy en libertar provisional tras pasar tres días en la Comisaría de la Policía Nacional de Aranda con la obligación de comparecer en sede judicial cada 15 días al estar investigado por un delito de lesiones tras dejar inconsciente al árbitro del encuentro, que acabó siendo ingresado en la UCI del Hospital Universitario de Burgos (HUBU),