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Todo empezó casi como una fanfarronería hace más de un año en la cita atlética de Mónaco, pero ha acabado convertido en todo un reto en el que el campeón Olímpico de salto de pértiga se ha salido con la suya. Entonces el sueco le dijo en público al vallista Karsten Warlholm que se veía capaz de ganarle en la carrera más pura de velocidad, al de los 100 metros lisos. Y el noruego recogió el guante encantado. Presentada mediáticamente como «La batalla de las leyendas», este miércoles se ha disputado esta inédita prueba en Zúrich, en el marco de la Liga de Diamante que se celebrará este jueves en la ciudad Suiza.. y triunfó el proponente. A sus 24 años, el flamante campeón olímpico de París dio toda una exhibición al parar el crono en un más que admirable tiempo de 10 segundos y 37 centésimas, 10 menos que su oponente.
Lo cierto es que por su especialidad Warholm, acostumbrado a salir en las carreras desde los starting-blocks (tacos de competición), parecía tener ventaja. Incluso tenía registrado un mejor corno que su rival (10.49 en 2017 contra un 10.57 de Duplantis en 2018), pero el sueco ha demostrado estar un inmejorable estado de forma tras batir dos veces su récord del mundo en los Juegos Olímpicos de París y dejarlo en 6,26 metros de altura. se tomó muy en serio el desafío, estuvo entrenando las salidas con el velocista Fred Kerley (bronce olímpico en los 100 metros) , y no opción a su rival.
«Estoy muy satisfecho. Me he sentido muy, muy bien», ha subrayado el pertiguista. Warholm, por su parte, derrochó deportividad al felicitar a su contrincante que, en su opinión, «tuvo una salida espléndida». No hay que olvidar que el noruego ha sido plata olímpica en París y es campeón mundial de los 400 metros vallas, una de las pruebas de mayor competitividad en el atletismo actual«. de hecho, hace tres años en Tokio,, Warholm había ganado el oro olímpico en Tokio con un estratosférico récord mundial que sigue actualmente en pie al ser el único que ha logrado bajar de los 46 segundos (45.94).
Según las normas del reto, tras el cual estaban sus patrocinadores comunes, Duplantis entregó a su rival uno de sus maillots de competición con los colores de Suecia, que Warholm tendrá que lucir este jueves en su participación en la reunión.
Este pulso Duplantis-Warholm fue uno de los ganchos mediáticos de los organizadores, que consiguieron reunir a 2.500 aficionados en la tribuna principal del estadio Letzigrund, con entradas que iban hasta el centenario de francos suizos (106 euros o 117 dólares).Antes de la carrera hubo una hora y media de animaciones y espectáculos, con exhibiciones de breakdance y BMX. Todo ello como un prólogo de la salida a la pista de las dos estrellas, que apareció en el tartán con batas con capucha, al más puro estilo de púgiles de boxeo.
Una vez celebrado el reto, Duplantis y Warholm afrontarán ya las cosas serias este jueves en la misma pista del Letzigrund de Zúrich, donde buscarán la victoria en sus respectivas pruebas en una de las citas más emblemáticas de cada temporada en el circuito de la Liga de Diamante.
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