Las carreteras alavesas presentarán las primeras dificultades montañosas de la Vuelta a España 2022. Tras las tres jornadas planas iniciales en Utrecht y Breda (Países Bajos), la cuarta etapa (23 de agosto) partirá desde Vitoria y finalizará en lo alto de Laguardia. Entremedias, un recorrido ... con formato de clásica cuyos detalles ha podido conocer EL CORREO y que discurrirá en su mayoría por la Llanada y el Valle de Arana. Opakua y Herrera serán utilizados como puertos de paso antes de descender hacia el sur de la provincia.
Publicidad
El territorio de Rioja Alavesa acogerá por primera vez un desenlace de la ronda ciclista como punto culminante de una etapa que recorrerá 153 kilómetros casi íntegros en Álava. La Vuelta partirá por vigésima ocasión de la capital vasca. La anterior fue el año pasado, pero los ciclistas se dirigieron entonces hacia el valle de Zuya y Orduña y los aficionados apenas pudieron acercarse a las cunetas tras decretarse el cierre perimetral de Euskadi tan solo unas horas antes.
Con el ánimo de volver a aproximarse a los espectadores, el pelotón se deslizará por el centro de la ciudad en su trazado neutralizado antes de iniciar las hostilidades en Durana. En la parte inicial, la etapa transitará por Landa, bordeará el pantano de Ullibarri-Gamboa y llegará en los primeros kilómetros que la carrera recorrerá por España a Salvatierra, donde empezará a endurecerse la carrera.
La iglesia de la Asunción de Opakua dará el campanazo a la primera gran ascensión, de segunda categoría, de la Vuelta 2022. 8 kilómetros a una pendiente media del 8% y con rampas en los últimos 1.000 metros por encima del 13%. Será solo una primera toma de contacto, lejos de la meta, que empezará a endurecer las piernas antes de adentrarse en el Valle de Arana y su terreno de constantes subidas y bajadas. Pasos por Santa Cruz de Campezo, Marañón y Bernedo, municipios con opciones de acoger un sprint intermedio antes de que la prueba descienda de Lagrán a Peñacerrada para encarar la parte decisiva del itinerario.
Publicidad
El puerto de Herrera decidirá quiénes no optarán a ganar la etapa. Será la tumba de los sprinters, si no han decidido levantar antes el pie, y en buena medida de la fuga, dado que al ser tan solo la cuarta etapa y venir de una jornada de descanso para el traslado de la caravana hasta Foronda, las fuerzas del pelotón permanecerán prácticamente intactas. Su vertiente norte, la más suave, consta de 8 kilómetros al 4,9% dependiente media pero con rampas contantes y exigentes en los primeros tres que alcanzan también el 12%. A partir de ahí, la ascensión se hará más llevadera pero el ritmo no dará tregua.
Desde lo alto de Herrera quedarán poco más de 11 kilómetros para el final. Los ciclistas se asomarán al Balcón de la Rioja Alavesa en un descenso técnico y a buen seguro vertiginoso, que dará la opción a algún rezagado a conectar con la cabeza de carrera antes volar desde el Hospital de Leza hasta lo alto de Laguardia.
Publicidad
Esa es la firme intención de la Diputación, que a lo largo de los próximos meses estudiará junto a Unipublic, la organizadora de la Vuelta, el lugar donde instalar tanto la línea de meta como la sala de prensa, la zona de aparcamiento de los autobuses de los equipos y el parking de vehículos que acompañan a los ciclistas. No será tarea fácil dado la estrechez de las calles del municipio, que no se entiende sin sus vistas desde lo alto de la colina. Si se consigue adaptar la logística pertinente, será un fin de fiesta explosivo, en subida, descartando cualquier llegada masiva y dando la oportunidad a los corredores más potentes de coger unos segundos de ventaja.
La carrera pernoctará por segunda noche consecutiva en Vitoria para desplazarse a la mañana siguiente hasta Irún. Será el origen de una nueva etapa de media montaña que finalizará en la Gran Vía de Bilbao, preludio del primer final en alto en el cántabro Pico Jano. El recorrido completo aún está en fase de confección. La edición 2022 no será presentada de forma definitiva hasta el 16 de diciembre en Madrid, pero ya comienzan a conocerse sus puntos de paso. Y las carreteras vascas volverán a ser protagonistas. Tras pasar de largo en la edición anterior, Álava, Vizcaya y Guipuzcoa volverán a tener protagonismo como antesala a la salida del Tour de Francia de 2023 en Bilbao.
Publicidad
Aunque la capacidad organizativa está de sobra demostrada. Tanto en la Itzulia como en la Vuelta, que en 2020 mostró las postales de Orduña en pleno otoño y Valdegovía. Allí resolvió Michael Woods una fuga numerosa, por delante de Omar Fraile, flamante fichaje del Ineos, y Alejandro Valverde. El murciano será uno de los principales reclamos de la 77ª edición de la ronda española. 2022 será la temporada de su retirada a los 42 años y Laguardia, una oportunidad para seguir levantando los brazos.
Con el confirmado protagonismo del territorio vasco, quedará por resolver para bien entrado el año la participación del Euskaltel, que volvió a debutar el año pasado. La Vuelta solo podrá entregar dos invitaciones entre los cuatro conjuntos nacionales (Caja Rural, Burgos, Kern-Pharma y la Fundación) de la segunda categoría. Pero la marea naranja volverá a agolparse en las cunetas, por cuadragésima octava ocasión en suelo alavés y con el deseo del diputado general, Ramiro González, de ser un «clásico del recorrido anual», como declaró en 2019.
Publicidad
Al igual que sucedió el año pasado, la caravana ciclista pernoctará dos noches en Vitoria con motivo de la próxima edición de la ronda española. Si entonces los corredores llegaron un domingo por la noche tras haber terminado la etapa en Formigal, esta vez lo harán en lunes, tras haber arrancado la carrera en Holanda el viernes anterior. Los ciclistas disfrutarán ese 22 de agosto del primer día de descanso y será el martes 23 cuando retomen la competición en la cuarta etapa, de nuevo eminentemente alavesa. Que muchos aficionados vascos estén todavía de vacaciones esos días animará sin duda a que las cunetas tengan más ambiente si cabe, dado que hace un año, con los rigores de la pandemia latentes la organización prohibió a los seguidores acceder, por ejemplo, a las curvas del puerto de Orduña.
Trasladarse de un país a otro, como va a ser la ocasión, requiere de unas infraestructuras y un contingente de aviones importante para casi 3.000 personas. En ese sentido, Unipublic tiene claro que necesitará al menos siete aviones para movilizar a toda la caravana. En ese sentido, Foronda además reúne todas las necesidades en cuanto a horarios e infraestructura, por lo que las comunicaciones y traslados están garantizados. El contingente aterrizará en pocos minutos en el aeropuerto alavés y de ahí, directos a sus hoteles de concentración.
Incluso llegando por la noche a la capital vitoriana, el pelotón podrá descansar al día siguiente. Pese a que los horarios de masajes y cenas esta vez se verán alterados con respecto a lo que suele ser habitual en una jornada en la que no hay demasiada distancia entre una ciudad y otra. Así, no habrá mayores consecuencias para el rendimiento de los protagonistas
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.