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Van Baarle, en el suelo tras la caída. AFP
La felicidad del líder en el caos de la meta

La felicidad del líder en el caos de la meta

Medio siglo después, Herrada sucede a otro conquense, Ocaña, al frente de la Vuelta

J. Gómez Peña

O Barqueiro

Jueves, 6 de septiembre 2018

La meta de Estaca de Bares era una trampa. Es el final del camino. Más allá sólo hay mar. Y la carretera se va estrechando a medida que se acerca al borde. No cabe casi nadie y no cabía la caravana de la Vuelta. ... Había órdenes y contraórdenes para que se colocaran los fotógrafos tras la meta. Y en ese ambiente confuso y tenso, un miembro de la organización echó a correr por la carretera de espaldas al sprint que venía. Geniez, el ganador, lo arrolló y acabó sobre las vallas. Cara y cruz. Así es la Vuelta para el francés: había ganado antes en Peyragoudes (2013) y Ézaro (2016), y fue expulsado el año pasado por remolcarse en un coche de su equipo. Con Geniez cayó Van Baarle, el peor parado. Gianni Bugno, presidente del sindicato ciclista, cargó contra la Vuelta: «Esto es inaceptable. Es una total ausencia de consideración de la organización hacia los corredores. El ciclismo es un deporte cada vez más peligroso», arremetió.

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