Cuando los ciclistas iban «desnudos»
Historias de la Vuelta ·
El navarro Mariano Cañardo acabó segundo la primera etapa de la Vuelta, que nació en 1935Historias de la Vuelta ·
El navarro Mariano Cañardo acabó segundo la primera etapa de la Vuelta, que nació en 1935En la España de hace un siglo las bicicletas mandaban en las carreteras. Era un transporte popular. Hasta daban facilidades para comprarlas a plazos. En cambio, el ciclismo era otra cosa. Algo extraño. En uno de sus libros, Javier Bodegas recoge la siguiente escena del ... Gran Premio de la República: «¡Ya vienen! ¡Y vienen desnudos!», alerta un niño a los vecinos de un pueblo de Castilla por el que va a circular la carrera. ¿Desnudos? Bueno, 'casi', con la piernas al aire y la camiseta ajustada. Otros tiempos.
Publicidad
La primera Vuelta a España, la de 1935, se montó deprisa. En apenas dos meses. Era un país convulso, dividido, que caminaba hacia la Guerra Civil. El diario 'Informaciones' se atrevió con el reto de crear, como en Francia el Tour o en Italia el Giro, la primera Vuelta. No vinieron los ases de entonces: ni Learco Guerra, ni Maes, ni Magne o Leducq.
Sólo los hermanos Deloor y algún aventurero como el austriaco Max Bulla. De los 50 participantes, 29 llegaron hasta el final. Al resto se los tragaron los caminos de tierra, las averías, las enfermedades, la lluvia y aquellas jornadas de más de diez horas de pedaleo.
Ese primer pelotón se dividió en dos, los que iban sobre bicicletas BH, como el ganador final, Gustaaf Deloor, o sobre bicicletas Orbea, como el navarro Mariano Cañardo. La victoria de etapa daba 300 pesetas; el triunfo en la general, 15.000. Un botín.
En la salida desde Atocha de la primera etapa (Madrid-Valladolid), un camión aguardaba al ralentí. Cada ciclista echaba allí su maleta de madera. La recogía en la meta antes de buscar cama en la fonda asignada por sorteo. El belga Digneff ganó aquel día por delante de Cañardo, que metió la rueda en los raíles del tranvía y no pudo pelearle el triunfo al belga.
Publicidad
Cañardo, como todos entonces, tenía una buena historia. Nació en Olite (1906-1987), aunque a los once meses ya gateaba por Jaca. A los 14 años se quedó huérfano. De niño fue pastor y acabó en la casa de su hermana Eustaquia, en la Barcelona de 1919.
Trabajó de carpintero, persianero y, al fin, de ciclista. A su primera carrera, Mariano Cañardo se presentó en calzoncillos y, claro, no le dejaron participar. Algo de razón tenía aquel niño castellano: «¡Que vienen desnudos!».
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.