Las ventosas que ayudan a Froome

Las ventosas llevan tiempo en el deporte. Las puso en el escaparate el mejor nadador de la historia, el estadounidense Michael Phelps. Apareció en la piscina con la piel tatuada con círculos rojos, la huella que dejan las ventosas. Los defensores de este método aseguran que acorta los plazos para la restauración muscular y ósea. Para otros, en cambio, es un sistema que apenas tiene repercusión en el cuerpo. Froome le tiene fe y sigue los pasos de Phelps. Todo para llegar al Tour.

Es su meta. Sumar el quinto y entrar en el club más exclusivo del ciclismo, el de los pentacampeontes. Son cuatro, Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Bernard Hinautl y Miguel Induráin. «Ahora mismo siento que estoy empezando de cero. Bueno, por debajo de cero», asegura Froome, convencido de que estará listo a finales de junio para el asalto a una edición de la ronda gala llena de montañas.

El tiempo y la edad corren en su contra. Pero dice su antiguo compañero Bradley Wiggins que luchar contra tanta adversidad es el desafío que necesitaba Froome para motivarse. «Chris ganará el Tour», apuesta el vencedor de la Grande Boucle de 2012. Cuando compartieron el maillot del Sky no conectaron. No son amigos, pero se admiran. Dos vencedores del Tour.