Lunes, 22 de julio 2024, 08:46
El Tour de Francia que se ha marcado Mikel Landa quedará siempre para el recuerdo del ciclismo español. El alavés llegó a la ronda gala como gregario de Remco y se marchó ayer con un quinto puesto en la general tras realizar una de las mejores contrarreloj de su vida (7º) y como el mejor español clasificado tras las tres semanas de competición.
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Los 21 días de Landa en este Tour son para enmarcar. Si existiese una clasificación para corredores mayores de 30 años, el ciclista del Soudal se hubiese llevado ese premio. Los únicos que le superaron en la general fueron los tres extraterrestres -Pogacar, Vingegaard y Evenepoel- que corren en otro planeta y Joao Almeida, que acabó un minuto por encima del alavés.
El portugués, que hizo también de gregario de Pogacar, fue el gran rival de Landa por el cuarto puesto del Tour, que este año era el 'premio de consolación' para los mortales. En los últimos días, el de Zuia ya avanzó que debía atacar en los Alpes para llegar por delante de Almeida a la contrarreloj de ayer. Sabedor que no es su especialidad, Landa barajó ante los medios que perdería casi dos minutos con Almeida en los 33 kilómetros de crono. No fue así. Perdió menos de medio minuto y en muchos tramos de la etapa fue por delante.
Un resultado que impresionó a los periodistas desplazados a Niza, la ciudad donde este año acabó el Tour por culpa de los Juegos Olímpicos que comienzan este miércoles en París. El periodista de TVE, muy sorprendido, le dijo a Landa que era la mejor contrarreloj que había hecho en su vida, a lo que este, entre risas, replicó: «No olvidéis que quedé segundo en el campeonato de España». El periodista no se acordaba de aquello y se lo tomó a broma: «Sí, sería de juvenil». A lo que Mikel volvió a responder con una carcajada: «No, hombre, de profesional».
Con la misma sencillez habló con Alberto Contador para Eurosport. El exciclista de Pinto le felicitó por su actuación en el Tour pero le sacó un pequeño fallo a su bicicleta de contrarreloj. Se percató de que Landa llevaba los acoples tradicionales en su manillar y no unos personalizados según sus medidas. El alavés, que lucía un gracioso gorro, asintió e hizo autocrítica: «Es algo que hemos descuidado por completo. Es como que he tirado la toalla con las cronos. Y luego el día que te hace falta pues te arrepientes. Dices: 'Joe, qué pena no haber trabajado un poquito más'. Así que de cara a La Vuelta hay que ponerse las pilas».
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