Una victoria para salir del túnel

La vida y el deporte tienen estas cosas. En un año, se puede pasar de la miseria a la gloria, como le ha sucedido a Lafay. De penar en la cola a ser uno de los protagonistas en estas dos primeras jornadas, en una versión más cercana a la capacidad explosiva del corredor del Cofidis, que ya en 2021 fue capaz de ganar una etapa en el Giro de Italia.

Lafay es uno de esos talentos escaladores del ciclismo francés de los que se esperan grandes cosas. Pero de momento, su clase la ha sacado a cuentagotas. Como dice Bingen Fernández, es capaz de hacer grandes cosas cuando está en forma, como ese triunfo en el Giro de 2021 o el de ayer en el Tour. Lafay nació hace 26 años en Lyon, en Croix-Rousse, y vivió hasta los 4 años en Caluire. Después se mudaron a Thonons-les-Bains, donde vivió hasta los 18 años. «Fue en Thonon donde empecé a andar en bicicleta a los 5 años, un compañero de mi padre tenía la escuela de ciclismo, y desde entonces no he parado». Con 18 años se trasladó a Chambéry, para enrolarse en el equipo de promesas que tiene allí establecido el AG2R. Sin embargo, fue el Cofidis quien le dio la oportunidad de dar el salto a profesionales, primero como stagiere y ya con contrato en 2018.

Campeón de Francia en 2017, subcampeón de Europa en 2018 con la Sub'23, Victor Lafay llegó a formar parte de las grandes esperanzas del ciclismo mundial como Egan Bernal, Tadej Pogacar, Marc Hirschi o Benoît Cosnefroy, con los que había brillado en el campo amateur. Primero sufrió un esguince de tobillo en el invierno y después una cirugía de muslo redujeron su temporada 2019 a cinco meses.

En 2020 se cruzó la pandemia por covid y en 2021 parecía que las cosas mejoraban con esa victoria en el Giro de 2021 que suponían su carta de presentación en el pelotón internacional. En 2022 Lafay se dio a conocer a los aficionados vascos en una zona muy próxima a la que discurrió la etapa de ayer. El de Cofidis estuvo a punto de ganar la etapa de la Itzulia que finalizó en Zamudio tras 185 kilómetros por lugares como Jata o El Vivero. El francés fue el más fuerte de una escapada en la que circulaban corredores como Geraint Thomas, pero la ambición de Evenepoel por detrás dejó sin premio a Lafay cuando ya se encontraba en el último kilómetro y veía la pancarta de meta- La victoria fue para Daniel Felipe Martínez, pero el francés llamó la atención por la fortaleza que mantuvo durante toda la jornada. Su objetivo de la temporada era brillar en el Tour, pero el covid limitó su físico y le obligó a poner pie a tierra cuando estaba en casa.

En esta edición, en su segundo asalto a la ronda francesa, Lafay está pletórico. Piernas y físico funcionan, se ve protagonista y quiere más. De hecho, ya mira al futuro, a las jornadas en las que la carrera pase por los Alpes y recorra las zonas cercanas a Annecy que tan bien conoce. Allí estará su familia para animarle y si el físico le respeta, volverá a jugar sus bazas para colarse en fugas y seguir creciendo hacia la versión que todos esperan de él.