El gigante que viaja con el Tour

Tanto la salida como la meta de la Grande Boucle son un hormiguero de ciclistas, periodistas, policías, miembros de la organización y público acompañados por una marea de vehículos pesados, cables, instalaciones y elementos publicitarios. Las cifras de esa ciudad ambulante que es el Tour abruman: está compuesto por entre 4.000 y 5.000 personas. Hay 184 ciclistas atendidos por 450 miembros de los 22 equipos. La seguridad depende de los 300 agentes permanentes y de los 3.000 que pone cada territorio por el que pasa. A eso se suman los 29.000 policías distribuidos por el recorrido. Como decía Bernardo Ruiz, es imposible perderse. El Tour instala 4.400 paneles de señalización.

La carrera dispone de 7 ambulancias, dos coches médicos y una moto de atención, más una unidad radiológica y una célula covid de 60 personas que incluye un laboratorio móvil para hacer test al momento. Diez médicos forman el equipo que cuida la salud de un gigante al que no es fácil vestir. Necesita 6.000 metros de vallas en cada meta y otras mil vallas aún más altas en alguna zona. El Tour se decora con 450 paneles publicitarios y con más de tres kilómetros de banderolas.

En sus entrañas escriben y filman unos 2.000 periodistas llegados de todo el mundo. La carrera es vista en 190 países y retransmitida por 100 cadenas, 60 de ellas en directo. Las etapas se ofrecen íntegras a través de las pantallas, con 120 horas de emisión en directo. Los responsables del Tour, claro, cuidan también su difusión en Internet, con 14,5 millones de visitantes únicos en su aplicación digital, con más de 200 millones de páginas vistas y con 75 millones de vídeos en los soportes oficiales.

Hay más. El gran embajador que anuncia la llegada inminente del pelotón del Tour es la caravana publicitaria que precede al paso de la carrera. Es el gran espectáculo que acompaña al gigante. Está compuesta por 150 vehículos distribuidos en una hilera que llega a ocupar diez kilómetros y que saluda al público mientras 450 azafatas y animadores reparten regalos. El Tour dura mucho más que el fugaz paso de los corredores.