Pogacar calentando antes de la crono final del Tour. AFP

El fenómeno sigue sumando

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Pogacar es el octavo ciclista en ganar Giro y Tour el mismo año e iguala a Merckx en número de victorias parciales entre las dos carreras

Lunes, 22 de julio 2024, 00:28

Habla Bernard Hinault y la voz del último francés que ganó el Tour impone respeto. El ciclista que fue capaz de enfrentarse a mamporros a un piquete de huelguistas que boicoteaban una París-Niza que corría, es todo un carácter. Le insinúan que hay gente ... que duda sobre la limpieza de la victoria de Tadej Pogacar. «Tonterías», brama. «Si fuera francés, los que me preguntan por esto, estarían preguntándome a ver en qué se parece a mí». Siempre las sospechas. Y los temores, como los de Marjeta, la madre del campeón que quiso disuadir a su hijo de convertirse en ciclista profesional por miedo al dopaje.

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Hinault no cree en esas cosas. Después de su retirada, siempre se manifestó como un gran admirador de los ciclistas que lo quieren ganar todo. Como Pogacar, el hijo de una profesora de francés y un diseñador industrial, y que comenzó a montar en bicicleta en el equipo de su pueblo para imitar a su hermano mayor Tilen.

Victorias

Se trata de un deportista gigante que ha disputado cinco veces en el Tour y ha ganado 16 etapas

Muy joven todavía, agresivo en las carreras, sonriente y empático fuera de ellas, hace ya tiempo que surgió la comparación con Eddy Merckx, el gran ciclista de todos los tiempos, porque como el belga, Tadej es capaz de ganar en todos los terrenos, y al estilo de los corredores de otras épocas, y Merckx ya profetizó, después de su segunda victoria, en 2021, que Pogacar iba a ser el nuevo Caníbal, aunque el ciclista esloveno rechace las comparaciones y siga pensando que competir es un juego. «Afronto el Tour como cuando jugaba con mis hermanos, siempre quiero ganar, pero lo hago para divertirme, me gusta el deporte, medirme a otros, ganes o pierdas. Pero siempre tratando de disfrutar. El ciclismo es un deporte magnífico». De momento, aunque no busque similitudes, ya ha superado la marca del campeonísimo belga que en 1970 ganó once etapas entre el Giro y el Tour.

Los calificativos se superponen con Pogacar de por medio. Los periódicos ya no saben qué escribir en sus titulares sobre un deportista gigante que ha participado cinco veces en el Tour y ha ganado 16 etapas; que en la edición que acaba de terminar en Niza ha conseguido cuatro victorias con el maillot amarillo. De entre todos los ciclistas que han disputado el Tour en los últimos 24 años, nadie se puede acercar a las 14 victorias que ha sumado en etapas de montaña. El siguiente de la lista es Vincenzo Nibali, que ganó cinco.

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El crecimiento

El despegue de Pogacar comenzó en 2018, su segundo año en la categoría sub'23, cuando ganó en el Tour del Porvenir sin vencer en ninguna etapa, pero manteniendo una sorprendente regularidad en la montaña que le dio el triunfo por delante de Thymen Arensman y Gino Mader. Poco después, el UAE, que le había echado el ojo meses antes, le ofreció su primer contrato en el World Tour para 2019.

En febrero ganó la Vuelta al Algarve más una etapa y luego terminó sexto en la Itzulia. Su primera victoria en la máxima categoría se produjo en Amgen Tour de California. Cuando después de ganar tres etapas, finalizó tercero en la Vuelta a España, estaba ya claro que el talento de Tadej comenzaba a explotar.

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Matxin

«No sé si seguirá evolucionando, pero a nivel de trabajo y de sacrificio toca la perfección»

Y de allí, al cielo, a su primera victoria en el Tour, convirtiéndose en el ganador más joven desde 1904, después de arrebatarle el jersey amarillo a su compatriota Primoz Roglic. Y al año siguiente, otra vez sorprendió al mundo del ciclismo, aunque en ese Tour apareció en el podio quien iba a convertirse en su pesadilla de los dos últimos años, Jonas Vingegaard, que durante las dos últimas ediciones quebró la racha de Pogacar. La primera vez, después de una emboscada de todo el equipo Jumbo en el Galibier, donde Tadej comenzó a ganar dos años más tarde su tercer Tour; la segunda, con el esloveno corto de preparación tras una lesión de muñeca, la diferencia entre ambos superó los siete minutos.

Pero después de dos años de sequía, el mejor Pogacar regresó al Tour para ganar de nuevo a Vingegaard. Es un fenómeno del deporte y su jefe, Josean Fernández Matxin, no sabe si ha tocado techo. «Ahora mismo, creo que ha hecho todo perfecto. No sé si puede seguir evolucionando, pero sí que puedo decir que a nivel de trabajo y de sacrificio está tocando la perfección».

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