Urgente Grandes retenciones en la A-8, el Txorierri y la Avanzada por la avería de un camión
Escalador. Pantani entra ganador en Les Deux Alpes, en 1998. AP
Faltan 26 días para el Tour

Pantani rescata al Tour antes de perderse

El italiano se echó al hombro la edición de 1998, la del escándalo del 'caso Festina', y derrumbó a Ullrich entre la niebla del Galibier

Lunes, 5 de junio 2023, 00:11

El mes de julio y el Tour de 1998 se terminaban. El ciclismo vivía dominado por contrarrelojistas. Los años noventa fueron los de Miguel Induráin, Bjarne Riis y Jan Ullrich, el alemán que mandaba precisamente en aquella edición. Ese guion cambió como cambia a veces ... el parte meteorológico. De repente, una tormenta sacudió los Alpes justo en la etapa que iba a coronar la Croix de Fer, el Galibier y Les Deux Alpes, donde esperaba la meta. El cielo cayó sobre los ciclistas. Diluvio y frío. Todo en contra. Así, saltando obstáculos, había vivido y vivió lo poco que le quedaba un italiano calvo a quien sus devotos bautizaron como 'el pirata'. Marco Pantani, apenas 60 kilos, derribó la estatua de músculo de Ullrich con un ataque bruto, suicida, bajo el temporal del Galibier. En mayo había ganado el Giro y ese mes de julio hizo algo más que ganar el Tour. Lo salvó. Su gesta mitigó el devastador efecto para la credibilidad del ciclismo que había tenido el escándalo de dopaje del 'caso Festina'.

Publicidad

En medio de ese lío, Pantani firmó una obra maestra entre Grenoble y Les Deux Alpes. Estaba a más de tres minutos de Ullrich en la clasificación general y, además, quedaba la contrarrreloj final, tan favorable al germano. Nada que hacer, decían. Se equivocaron. Todo lo que podía salir mal se le torció a Ullrich. Primero, el tiempo. El día fue oscuro, ventoso, helador y sumergido en un aguacero. El francés Rinero, bien clasificado, se metió en una fuga. Eso obligó al equipo del líder, el Telekom, a desgastarse en la Croix de Fer. Ya en el Galibier se desataron Escartín y el 'Chaba' Jiménez. A Ullrich sólo le quedaba Riis como sostén cuando a 4 kilómetros de la cima los focos de los coches alumbraron a un pirata. Pañuelo en la cabeza, perilla, de pie sobre la bicicleta y con los puños engarfiados en la parte baja del manillar. La silueta de Pantani.

Se juntó con Rinero y Jiménez, que le echaron una mano camino de Les Deux Alpes. Detrás, Ullrich pinchó. El colmo. Era el día de su condena. Había ganado el Tour de 1997 pero no iba a poder con éste. Pantani, desbocado bajo la lluvia, dejó atrás a todos en la subida final. Ullrich, a cámara lenta, hundido, vacío de fuerzas y desmoralizado, cedió nueve minutos. Llegó a la oscura meta con el rostro hinchado y deformado por el frío, la fatiga y la derrota. Aquel Tour era de Pantani, su salvador entre la niebla de los Alpes.

A él no lo salvó nadie. 'El pirata' falleció carcomido por la depresión y la cocaína el 14 de febrero de 2004, pero empezó a morir menos de un año después de aquel éxito en el Tour'98. Fue en Madonna di Campiglio el 5 de junio de 1999 durante el Giro. A las 7.25 horas un enviado de la Unión Ciclista Internacional, Antonio Coccioni, preguntó por la habitación que Pantani, líder total de aquella edición, ocupaba en el hotel Touring. Le acompañaba el doctor Eugenio Sala, encargado de realizar el análisis de sangre. Tamborilearon con los nudillos sobre la puerta de Pantani. Control sorpresa.

Publicidad

Llenaron dos probetas y regresaron a su hotel, donde tenían la máquina Coulthard para catar la sangre. Parecía un trámite y resultó una tragedia: Pantani superó el límite permitido de hematocrito. Tuvo que dejar la carrera cuando sólo le faltaban dos días para llegar a Milán de rosa. Desde ese momento no dejó de hundirse hasta tocar fondo el día de los enamorados de 2004 en una triste y solitaria habitación del hotel La Rosa, en Rímini.

Abismo interior

Pantani se encerró. A solas son su abismo interior: sólo las drogas le hacían olvidar su frustración. Si estaba sereno le podía el desasosiego. La depresión. Tenía sólo 34 años cuando le encontraron muerto. La autopsia desveló un reguero de fármacos contra la ansiedad. Su adiós dividió a Italia. ¿Era un dios o un demonio? La investigación sobre su muerte se cerró y reabrió varias veces. ¿Un asesinato o un suicidio? Al final, el juez dictó sentencia: fue el propio Pantani el responsable de las heridas que presentaba su cadáver. El ganador del Tour'98 no se quería a sí mismo. «Al final me he quedado solo», dijo días antes del final.

Publicidad

Tras su victoria en la Grande Boucle, Italia le recibió como a una leyenda. En Cesenático, su ciudad, le esperaban Darío Fo, premio Nobel de Literatura, y Romano Prodi, primer ministro. En 2000, en su última victoria en el Tour (Courchevel), la RAI batió el récord de audiencia con más de 7 millones de espectadores. Pero ya pedaleaba hacia la muerte. Autodestructivo. Hizo algún ensayo para iniciar otra vida. Fracasó. Huyó de todo. A Cuba. A ninguna parte. Viaje terminal. «¿Por qué subes tan rápido las montañas, Marco?», le preguntaron una vez. «Para abreviar mi agonía». Vale como epitafio.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad