«Nunca imaginé que el Tour pasaría por mi casa»

«Nosotros tampoco nos lo creemos todavía. ¡Qué ilusión!», dice Joselu, de 61 años. «Nosotros, que hemos ido al Tourmalet, que hemos dormido varias noches en el Peyresourde... Y ahora pasa por nuestra casa», se felicita Iñaki, de 70 años. Y una efeméride así había que celebrarla a lo grande. Así que, hace más de un mes, los hermanos González con la ayuda de varios amigos y de miembros de la Asociación Parkinson Bizkaia (Asparbi) comenzaron a trabajar en la idea de levantar un ciclista gigante.

Tras mucho esfuerzo en el modelado del corcho y la construcción de una estructura metálica de gran tamaño, la casa familiar saludará al Tour con un txirrindulari de cinco metros de alto, acompañado de otra bicicleta real montada por un maniquí. Todo ello pintado de un llamativo color amarillo. «La gente viene aquí a hacerse fotos para quedarse con un recuerdo», comenta satisfecho el mayor de los dos hermanos. Un chico de origen colombiano interrumpe la conversación en ese momento. «Perdón, ¿me puedo hacer un 'selfie'?», pregunta Sergio Duque, afincado en Getxo desde hace ya varios años pero natural de la zona de Manizales. «Claro, faltaría más», le contestan.

A 30 kilómetros de Berango, en Sondika, Lore y Aintzane Etxebarria, de 90 y 92 años, han hecho a mano una pancarta para saludar a los corredores. El pelotón pasará rozando el porche de su caserío, donde lucen decenas de banderas del Athletic. «Soy socia desde hace 43 años, pero ya iba al fútbol cuando era una moza», cuenta Lore. Las hermanas Etxebarria animarán a Landa. «Y a los hermanos Izagirre», añaden.

Otro de los puntos que se ha engalanado para recibir al pelotón es Urdaibai. Entre Mundaka y Forua se pueden ver multitud de casas decoradas. Allí no hay duda de quién es el ídolo local. Pello Bilbao nació en Forua. Un gigantesco mural con su imagen franquea la entrada a Murueta. Ocupa toda la fachada del antiguo Ayuntamiento de la localidad. «Va a ganar hoy», comenta un vecino que reside junto a la obra pictórica.