Aukera berriak

Me encontré a un Ion positivo, cauto a la hora de hablar de futuro, pero positivo. Tras una corta sesión de fotos nos sentamos en una de las plazas del pueblo. Igual que dos quinceañeros comiendo pipas en un parque, esa es la posición que adoptamos para charlar un rato, llamémosle entrevista, llamémosle encuentro, llamémosle como quieran.

Con tela de sinceridad cubrimos el escenario que fue testigo de posiblemente uno de los momentos más maravillosos que he vivido como colaborador de prensa. De ciclista a ciclista, desde lo más adentro Ion se derrumbó como un niño. Os juro que en ningún momento hubo ni la más remota intención de aprovecharse del momento. Es más, el fruto de aquel encuentro no fue publicado en su totalidad. Respeto.

- Lasai Ion, lasai. Le repetía una y otra vez.

Os juro que fue durísimo ver cómo una persona se derrumbaba repasando lo duro que había sido su proceso hasta ese momento. Ejemplo: el primer encuentro con su familia y su txiki en el hospital. Os juro que en ese momento todos los fantasmas que yo creía tener controlados me volvieron a visitar. Todo lo que Ion me estaba contando yo ya lo había vivido en 2003. Sin caer en el error de dar consejos solo podía escuchar su testimonio. No sabéis lo agradecido que me sentí en aquel momento. Orgulloso de convertirme en la persona lo suficiente de confianza como para que alguien con un testimonio tan sincero e interior decida que tú eres una de las personas idóneas para compartirlo. Siempre digo que no necesito recordar porque nunca he olvidado, esta es una de ellas.

La fuente de aquellas lágrimas ayer volvió a manar, lágrima a lágrima, pedalada a pedalada. Cada kilómetro que estábamos para la línea de meta era un recuerdo incesante de lo vivido en Agurain. Desde aquello han pasado unos años, las heridas se curan pero dejan cicatrices. No duelen pero siempre están presentes. Ayer brazos en alto todo se difuminó. Todo ha merecido la pena. El trabajo siempre da su fruto y aunque no solo en lo físico, hablamos de lo psicológico, el recorrido ha tenido más de un puerto H.C. (fuera de categoría) que superar no sin dificultad

Siempre con Gorka como referencia, su guía, su sombra, su hermano. Aunque en diferentes proyectos pero siempre juntos. Estoy convencido de que ayer Gorka también tuvo su goteo lagrimal que todos compartimos. Orgullo de hermano, cómplice.

Lo mismo que os dije de Pello vale para adjetivar lo que siento por la familia Izagirre. Mi aita y Jose Ramón (Katxarro), aita de Ion y Gorka, se conocían.

Una familia maravillosa que se merece todo lo mejor. Siempre atentos conmigo, referentes para mi hijo Markel. Trabajo, dedicación, etc, esto no tiene secretos.

Aukera berriak. Quien no conoce aquel recital cántico que dimos en una gala navideña de ETB, Ion, Gorka, Pello y yo. Cuatro inconscientes haciendo amago de querer 'cantar'. Hoy dos de los nuestros ya han ganado etapa en esta edición del Tour. Gorka, solo faltas tú. Por nuestra confianza que no sea.

Ion nos hizo grandes ayer a todos pero sobre todo él se ha hecho gigante.

Zorionak Katxarro, gazatu.