Bardet le debe una etapa y el maillot amarillo a Van den Broek. El joven de 23 años realizó un etapón. Entendió lo que tenía que hacer, esperó a su líder, que también firmó una gran actuación, y solo se puede decir que chapeau para ... el DSM. Aprovecharon las circunstancias de la etapa, que los favoritos se relajaron, y alcanzaron una victoria que parecía imposible. Van den Broek tenía las mejores piernas y dio los relevos más poderosos, con una sensación de fortaleza evidente.
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Más allá de eso, destacó la lucha psicológica entre los dos grandes equipos del Tour. El UAE aceleró con todo en un puerto de segunda a 70 de meta en previsión de un ataque de Pogacar para probar a Vingegaard. Me sorprendió que el danés respondiera en el puerto siguiente. Vingegaard demostró que cuenta con toda la confianza de su equipo y que vienen a ganar. Respondió poniendo a su equipo a tirar, y no para trabajar para Van Aert sino para enfriar los ánimos del UAE en la pelea entre los dos gallos.
Yo, como director, no habría actuado así. Habría jugado al despiste, me habría hecho el muerto. De esta forma, las dudas del UAE serían mayores y tendría una baza más a su favor. Pero estos corredores son grandes gallos y no saben jugar a la estrategia y desde el primer día van de frente.
El año que Mikel Iturria ganó su etapa de la Vuelta a España, arrancaron Gorka Izagirre y Aranburu y él se quedó atrás con Cavagna. En ese momento le dije, 'Mikel, los próximos diez kilómetros hazte el muerto'. Quizá era el más débil del grupo, pero esa estrategia y su fuerza, mayor que nunca aquel día, su regularidad y su potencia le permitieron conquistar un triunfo que pareceía improbable.
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Estos últimos meses mucha gente me ha dicho que Vingegaard no podía llegar en condiciones al Tour, pero este muerto está muy vivo. Está claro que hasta el Galibier no se van a resolver las dudas, pero la primera carta de presentación ha sido un toque de atención importante. Vingegaard está en condiciones para disputar el Tour. Hemos visto una pelea de gallo contra gallo, con los demás a la expectativa. Si se mantiene la igualdad entre los dos, va a ahaber momentos en que la estrategia de terceros puede abrir oportunidades.
La carrera ha comenzado a la italiana, con una etapa muy dura y muchos detalles para leer entre líneas. Hoy, la meta en Bolonia tiene el punto clave de San Luca, donde veremos si Pogacar quiere probar a Vingegaard. Tengo dudas, porque ayer no se atrevió o no quiso o el danés le quitó las ganas. El día fue favorable para el DSM y muy favorable para Vingegaard. Además, se vio que Van Aert está bien.
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Esta columna podría haberse titulado 'Merci beaucoup, Frank'. Bardet le debe el triunfo a Van den Broek. ¿Hizo bien el francés en ganar o debió ceder el triunfo a su joven compañero? En mi opinión, el desenlace habla muy bien del chaval, del director y del equipo. Un corredor del 23 años podría haberse llevado la gloria y era más fuerte que Bardet, pero tuvo claro que le tocaba ganar al francés. Hay una cuestión de liderazgo. No dudó desde el primer momento, cuando paró en la fuga para esperarle. Recuerdo a Soler haciendo aspavientos en una Vuelta cuando le mandaron aguardar a Quintana en una Vuelta. Esta vez, cada corredor tenía muy claro lo que tenía que hacer y ese es el concepto del equipo. Van den Broek tiene gran potencial pero sabía que le tocaba correr en equipo con la confianza en que llegará su momento. Tengo clarísimo que esa era la orden que había que dar.
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