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Eddy Merckx, con el maillot amarillo de la Vuelta 1973 y la Basílica de Begoña al fondo. El Correo
Cuando EL CORREO resucitó la Vuelta

Cuando EL CORREO resucitó la Vuelta

Inspirado en el Tour. ·

Este diario organizó entre 1955 y 1978 la ronda española y convirtió las carreteras vascas en el corazón de la carrera

Sábado, 1 de julio 2023, 01:15

El ciclismo es de papel. Detrás de cada gran carrera hay un periódico y unos cuantos empresarios y periodistas que, con la meta final de vender ejemplares, inventaron este deporte y crearon las clásicas y las grandes vueltas que hoy forman parte del corazón del ciclismo. Corazón de papel y, ahora, también digital. La imagen de los ciclistas agarrando un periódico en la cima del Tourmalet para cubrirse el pecho en el frío descenso refleja bien la relación entre ciclismo y periodismo. Han crecido en perfecta simbiosis. Cada vez que se va al origen de una carrera aparece un diario. Tras el Tour está 'L'Auto'. Detrás del Giro se encuentra 'La Gazzetta dello Sport'. Y la historia de la Vuelta está unida a EL CORREO, el diario que nació en Bilbao, la ciudad que ahora recibe al Tour.

Tras la pérdida de Alsacia y Lorena en 1871, dos publicaciones francesas, 'Le Véloce Sport' y 'Le Petit Journal', alumbraron dos pruebas de largo aliento, la Burdeos-París y la París-Brest-París, con el objetivo de dar un día un paso más y crear la París-Estrasburgo, ciudad entonces ocupada por los alemanes. 'Le Vélo' y 'París-Vélo' están detrás de clásicas como la París-Roubaix y la París-Tours. En Italia, 'La Gazzetta dello Sport' es el origen de la Milán-San Remo, el Giro de Lombardía y el Giro de Italia, la carrera que viste de rosa a su líder. De ese color es el papel del diario deportivo. Comparten piel. La Vuelta a España arrancó impulsada por el diario 'Informaciones' y luego, cuando la carrera desapareció, fue resucitada por EL CORREO.

Los periodistas hasta levantaron montañas. Que lo cuente el Tourmalet. Esta cima pirenaica llegó al ciclismo a través de la mentira telegrafiada de un periodista: «Atravesado Tourmalet. Stop. Muy buena ruta. Stop. Perfectamente practicable. Stop». Ese mensaje lo envió antes de la edición de 1910 el redactor Alphonse Steinés a su patrón, Henri Desgrange, el dueño del Tour y del periódico 'L'Auto'. Había estado a punto de morir congelado tras pasar una noche perdido en esa montaña sin más carretera que un sendero para ganado, pero telegrafió al día siguiente el nacimiento del Tourmalet para el ciclismo.

Deportiva

El duelo entre Loroño y Bahamontes en la edición de 1957 llenó las cunetas de aficionados

Por el telégrafo

Este deporte era entonces cosa de periódicos, de personajes visionarios que veían en el ciclismo un vehículo para ampliar las ventas. La gestación del Giro comenzó igual que el descubrimiento del Tourmalet: con el tamborileo de un telégrafo. Sucedió cuando Tullo Morgagni alertó el 5 de agosto de 1908 con este mensaje a Armando Cougnet, su jefe en el periódico 'La Gazzetta dello Sport': «Improrrogable. La 'Gazzetta' tiene que lanzar cuanto antes el Giro de Italia». Ahí empezó todo. Por una cuestión de espionaje periodístico. Otro diario, el 'Corriere della Sera', andaba detrás de un proyecto similar en colaboración con la firma de bicicletas Bianchi. La 'Gazzetta', aliada a Atala, otra marca de bicis, lo anunció antes: telégrafo al sprint en 1909.

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El Giro es patrimonio de Italia; como el Tour, de Francia. El origen de la Vuelta, en 1935, también tuvo un impulso periodístico. Era la España de la II República, la que apenas un año después se iba a desgarrar en la guerra civil. Juan Pujol, director del diario 'Informaciones', se atrevió a organizar la primera Vuelta porque quería propagar la imagen de un país unido. Fracasó en ese intento (la carrera rodó en 1935 y 1936, y quedó interrumpida por la guerra hasta 1941), pero dejó en herencia la tercera de las tres grandes vueltas del calendario ciclista mundial. La última en llegar al calendario.

El invento no duró. Las guerras, la civil y la mundial, enterraron el proyecto. El periódico 'Ya' lo reabrió a ratos hasta que todo se apagó en 1950. Parecía el final de la carrera. Y no. EL CORREO la salvó definitivamente en 1955 gracias al empeño de Alejandro Echevarría y Luis Bergareche. Todo se gestó en Lekeitio, lugar de veraneo de las familias Echevarría, Bergareche, Canales… De allí son las primeras conversaciones. Luego vino un viaje a ver en directo el Tour y ahí surgió la pregunta de Alejandro Echevarría: '¿Por qué no hacemos la Vuelta a España?'. Entonces, el periódico con más tirada de Bizkaia era 'La Gaceta del Norte'. Echevarría y Bergareche sabían que el Tour había catapultado las ventas del diario 'L'Equipe', heredero de 'L'Auto'. Fue su modelo. Y un acierto: EL CORREO le ganó la carrera a 'La Gaceta del Norte'. Durante casi tres décadas, el diario bilbaíno fue el alma de la Vuelta.

Luis Bergareche, que había sido jugador del Athletic, se convirtió en el gran director de la ronda. Situó a Bilbao y a las carreteras vascas como escenario principal de la prueba y logró atraer a las grandes figuras mundiales. Tuvo, además, el viento a favor de un duelo histórico, el que mantuvieron en 1957 el vizcaíno Jesús Loroño, vencedor final, y el toledano Federico Martín Bahamontes. Esa pugna lo ocupó todo. Las cunetas casi no dieron abasto para contener tanta expectación. Sollube, Urkiola, Herrera y Jaizkibel ingresaron en la geografía ciclista junto a los Pirineos franceses y los Dolomitas italianos. la Vuelta se consolidó como la tercera gran ronda mundial. Bilbao, Vitoria y San Sebastián asistieron a las etapas decisivas.

Ahora que el Tour comienza en Bilbao, se pueden desempolvar las imágenes en blanco y negro de los grandes mitos pedaleando por estas mismas calles mientras la Vuelta era organizada por EL CORREO: Jacques Anquetil (ganador en 1963), Raymond Poulidor (1964), Patxi Gabika ((1966), Jan Janssen (1967), Felice Gimondi (1968), Roger Pingeon (1969), Luis Ocaña (1970), José Manuel Fuente (1972-74) y Eddy Merckx, que ya había conquistado el Tour y el Giro y vino en 1973 para completar su colección con la ronda española. Lo consiguió, claro. La última edición de EL CORREO al frente de la prueba fue la de 1978 y anunció al campeón que venía, Bernard Hinault.

Empresarial

Con la Vuelta, EL CORREO adelantó en venta de ejemplares a su entonces rival, 'La Gaceta del Norte'

El origen de Vocento

Ese año se acabó esta etapa en la historia de la ronda. A los incidentes y la amenazas de la banda terrorista ETA -los atentados se sucedían- se sumó la actuación del presidente de la Federación Española de Ciclismo, Luis Puig, que quería montar su propia Vuelta con el apoyo de Televisión Española (TVE). La carrera, además, no era rentable. Hasta que llegó la televisión, la Vuelta era una competición hecha por amigos, casi familiar. Cambiaban los tiempos. Tras el trompicado final de la edición de 1978 -con cortes de carretera incluidos- , Luis Bergareche reunió al Consejo del periódico. Se tomó la decisión. EL CORREO dejó de organizar la Vuelta, su Vuelta. «Recuerdo que mi padre me dijo aquel día que se le acababa de morir la única hija que había tenido», desvela José María Bergareche, hijo del antiguo director de la prueba. Tiene cuatro hermanos, todos varones. La Vuelta formaba parte de su familia.

Junto a tantos recuerdos, la ronda dejó una herencia en EL CORREO. El grupo de comunicación Vocento, en el que está hoy integrado el periódico, tiene su origen en la Vuelta. Cuando el diario bilbaíno comenzó a construir la prueba ciclista llegó a acuerdos puntuales con otros periódicos de las regiones por las que pasaba la caravana ciclista, que se comprometían a organizar las salidas y las metas en sus ciudades. Vieron que tenían intereses comunes. Así nació la agencia de noticias Colpisa primero y el Grupo Correo después. Hoy se llama Vocento, grupo líder de comunicación en España.

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