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Cofidis, en la explanada de San Mamés. Luis Ángel Gómez

Ciclistas de carne, hueso y fibra de carbono

Empiezan a llegar. ·

Repartidos por hoteles Bizkaia y Álava, muchos de los 176 corredores de la carrera francesa vuelan desde sus casas como un viajero más

Miércoles, 28 de junio 2023, 01:42

El ciclismo no es como el fútbol. Que nadie espere que estos días aterricen en el aeropuerto de Loiu una multitud de vuelos chárter fletados por los equipos en liza, porque no lo harán. La inmensa mayoría de los ciclistas que tomarán la salida el ... sábado ya están aquí. Tadej Pogacar (UAE Team Emirates) , uno de los grandes favoritos para vestirse de amarillo en París, y que -como dirían los clásicos-, «vela armas» desde la tarde del martes en un hotel de Mungia. El grueso del pelotón está llegando en pequeños grupos al aeropuerto de Loiu. Pero no habrá vuelos privados, no. En el mundo del ciclismo, cada corredor es de su padre y de su madre, y aunque todos acaban por llegar al destino, en este caso a la salida, lo hacen por su cuenta, desde su casa o su lugar de entrenamiento. No es infrecuente para un periodista viajar sentado en el avión junto al asiento de un corredor que tiene como destino el Tour. A quien escribe estas líneas le ha pasado muchas veces, porque las fechas de reporteros y ciclistas coinciden; los corredores vascos, de cualquier equipo, toman juntos el avión y lo mismo sucede con el resto, cada uno desde el lugar donde reside. Los ciclistas, como hacían los futbolistas hasta hace tres décadas, se mezclan con el pueblo y, lo que es mejor para ellos, la mayoría pasan desapercibidos. Se puede deducir que son corredores porque suelen llevar la ropa de su equipo, además de lucir enjutos y bronceados, pero nadie les acosa.

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