Ciclistas de carne, hueso y fibra de carbono
Empiezan a llegar. ·
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Empiezan a llegar. ·
Repartidos por hoteles Bizkaia y Álava, muchos de los 176 corredores de la carrera francesa vuelan desde sus casas como un viajero másEl ciclismo no es como el fútbol. Que nadie espere que estos días aterricen en el aeropuerto de Loiu una multitud de vuelos chárter fletados por los equipos en liza, porque no lo harán. La inmensa mayoría de los ciclistas que tomarán la salida el ... sábado ya están aquí. Tadej Pogacar (UAE Team Emirates) , uno de los grandes favoritos para vestirse de amarillo en París, y que -como dirían los clásicos-, «vela armas» desde la tarde del martes en un hotel de Mungia. El grueso del pelotón está llegando en pequeños grupos al aeropuerto de Loiu. Pero no habrá vuelos privados, no. En el mundo del ciclismo, cada corredor es de su padre y de su madre, y aunque todos acaban por llegar al destino, en este caso a la salida, lo hacen por su cuenta, desde su casa o su lugar de entrenamiento. No es infrecuente para un periodista viajar sentado en el avión junto al asiento de un corredor que tiene como destino el Tour. A quien escribe estas líneas le ha pasado muchas veces, porque las fechas de reporteros y ciclistas coinciden; los corredores vascos, de cualquier equipo, toman juntos el avión y lo mismo sucede con el resto, cada uno desde el lugar donde reside. Los ciclistas, como hacían los futbolistas hasta hace tres décadas, se mezclan con el pueblo y, lo que es mejor para ellos, la mayoría pasan desapercibidos. Se puede deducir que son corredores porque suelen llevar la ropa de su equipo, además de lucir enjutos y bronceados, pero nadie les acosa.
Y organizar todo esto no es nada fácil, claro. Tal vez lo del vuelo chárter sea más sencillo. De Lezama en autobús a Loiu y todos al avión, planea el delegado del Athletic, pero el responsable de un equipo ciclista lo tiene complicado para buscar vuelos para todos los corredores y parte del staff. Hace unos años explicaba Josean Fernández 'Matxin', director del UAE, el equipo de Pogacar, su forma de trabajo para hacerlo más sencillo y eliminar todos los costes posibles. Programaba, antes del comienzo de la temporada, las carreras a las que acudiría su equipo; también los corredores que irían a cada una de ellas y, a partir de ahí, sacaba todos los billetes de avión necesarios con muchos meses de antelación, bastante más baratos que haciéndolo al límite.
Luego, claro, siempre hay cambios, incidencias o imponderables, pero más fáciles de solucionar en casos concretos. Hasta en eso tiene que pensar un director, que no se dedica sólo, como en las caricaturas que a veces se hacen de ellos, a golpear la puerta del coche mientras anima a su corredor escapado. No siempre hay que sacar billetes, claro, porque a Mikel Landa y Pello Bilbao, que dormirán sus primeras noches de hotel en el Tour, en el mismo establecimiento que Pogacar, les basta con un corto viaje desde casa. Un problema logístico menos.
También en el asunto de los hoteles los ciclistas son muy diferentes a los futbolistas, que no van a cualquiera. Si corres el Tour, dormirás donde te toque, lo mismo en un Ibis que en un 'chateau' en el campo, aunque la logística hotelera ha cambiado mucho en los últimos quince años, y el 'donde te toque' que antes era terrorífico ahora es más llevadero. Todos los establecimientos en los que se dormirán los ciclistas en su paso por Euskadi son más que dignos, pero hubo tiempos, no tan lejanos, en los que los alojamientos eran infames. Pedro Delgado recuerda todavía, con cierto horror, cómo en sus dos primeros tours les metieron alguna vez en residencias estudiantiles. «Sobre todo me acuerdo de un colegio mayor en Bagneres de Luchon».
Claro que peor era para las mujeres que se atrevían con el Tour. A Joane Somarriba -que será protagonista en la salida de Bilbao- y al resto de las corredoras que disputaban la carrera, el dueño de un hotel de mala muerte les impidió la salida hasta que llegara alguien de la organización a pagar la cuenta. Entre las cosas que ha mejorado está la comida. Ahora los equipos llevan hasta sus propios chefs, «pero no tengo para olvidar que algunas veces, en la cena, nos ponían cuatro hojas de lechuga y poco más», recuerda Julián Gorospe.
Pasan cosas, eso sí, como en el hotel Occidental de Bilbao, el antiguo Avenida, junto a la Basílica de Begoña. Allí se aloja el equipo de Jonas Vingegaard, el último ganador del Tour, el Jumbo Visma, y también el Soudal Quick Step, la manada de lobos que lidera Alaphillipe. Los primeros llegan hoy, pero el equipo belga llegó antes y se tuvo que ir a comer fuera porque los empleados del establecimiento están en huelga. Wilfred Peeters, el director deportivo del equipo, se lo toma con humor. Les contó a los reporteros del 'Nieuwsblad' que, «por fortuna, dormimos en la parte trasera del hotel y no tenemos que escuchar el sonido de las ollas que usan para expresar su protesta». Además, la autocaravana con la cocina del equipo ya ha llegado a Bilbao y los ciclistas cenarán caliente.
Pero el espíritu continúa. Basta con ver los capítulos de la serie de Netflix dedicada al Tour de Francia, a Jasper Philipsen sentado en el pasillo, a la puerta de su habitación porque no tiene la llave, comiendo con la mano, agotado y sin ganas de ir hasta la recepción a que le hagan un duplicado. El divismo, salvo en casos excepcionales, queda lejos de estos corredores. Los podrán ver en carne, hueso y fibra de carbono, por las calles de Bilbao en las próximas horas. Sí, ese chico vestido como Vingegaard, con la figura de Vingegaard y una bicicleta como la de Vingegaard, es Vingegaard. Parece un tipo muy frágil, pero es como una pieza de acero.
El gran desembarco de los equipos World Tour ya está aquí. Ayer llegaron las estructuras de las 22 formaciones que participan en la Grande Boucle y hoy serán los protagonistas quienes vengan a Euskadi para repartirse en los alojamientos que ha destinado la organización del Tour hasta que el pelotón abandone tierras vascas el lunes 3 de julio. Serán 13 los equipos que descansen en Bizkaia, mientras 9 lo harán en territorio alavés.
Cuatro formaciones son las que están hospedadas en Bilbao. Alpecin (Van der Poel) y Cofidis en el ABBA Euskalduna, y Soudal y Jumbo (Vingegaard) en el Hotel Occidental. Tres formaciones estarán en Barakaldo -Bora, Wanty y Trek-, otros tres equipos descansarán en Durango -Arkea, Lotto y Jayco-, uno en Santur-tzi (AG2R) y los dos restantes, el Bahrain de Landa y el UAE de Tadej Pogacar, lo harán en el Palacio Urgoiti de Mungia.
Las otras nueve escuadras -EF, Israel, Uno X Pro, Astana, Groupama, Ineos, DSM, Total Energies y Movistar- estarán alojados en Álava durante los días que la carrera discurra por carreteras vascas.
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