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Con el pelotón inmerso en plena temporada, los ciclistas de las escuelas alavesas fueron los protagonistas del inicio de la cuenta atrás para que Vitoria acoja el inicio de una etapa del Tour de Francia. Sus sonrisas invadieron la Plaza de la Virgen Blanca antes ... de que el amarillo recubriera las fachas de los principales edificios vtorianos. Un acontecimiento entusiasmó a los más jóvenes de los doce clubes que junto a Joseba Beloki recibieron el reconocimiento de las instituciones y la ronda gala.
«¡Está muy guay!», apuntaba Ion Romero, de once años. Mientras la mayoría de sus compañeros quieren fotografiarse con Tadej Pogacar el próximo 2 de julio, al vitoriano del K6 le entusiasma el sprinter Jakobsen. «Es que a mi lo de subir... ya me sueltan a veces», exclamaba entre las risas de sus amigos antes de iniciar el circuito de habilidades. A las 17:30 horas, se dio el pistoletazo de salida al evento, con decenas de bisoños txirrindularis en la fila en la salida. Los había finos como los mejores escaladores o potentes como los infravalorados rodadores. Todos ellos ataviados con el pañuelo conmemorativo para la ocasión que los organizadores dispensaron por todo el centro neurálgico vitoriano hasta agotar existencias.
Durante la intrépida yincana, una cuadrilla presente en la victoria de etapa de José Nazabal en Vitoria en el Tour de 1977 discutía sobre el presente y el futuro del ciclismo alavés. «Traer el Tour es lo mejor que han podido hacer las instituciones», coincidían. «Los eventos, cuanto más grandes, mejor», prosiguieron. Los veteranos Fortu, Nicolás, Amable y Amadeo no miran tanto en la repercusión internacional sino a la posible eclosión local que pueda surgir al acercar a los vitorianos a la gran prueba ciclista. «A ver si vuelven a salir en Álava ciclistas con más asiduidad y reengancha a los aficionados de aquí».
Pese a que Prudhomme reparó en que la plaza estaba «llena», Nicolás Mendijur, ciclista del KAS en los 70 y destacado en ciclocross, echó en falta más gente. «Con el evento que se ha preparado, hay poca». «Que no hay tanta afición aquí», puntualizaba su amigo Amadeo, que comprende por qué Bilbao y San Sebastián se reparten la mejor parte del pastel. «No se puede comparar, vas a los Pirineos en el Tour y la mayoría son vizcaínos y guipuzcoanos. Es de miedo», reconocían los vitorianos, que también demandan mayores pruebas juveniles para fomentar la cantera. Antes de irse a tomar un «cacharrito», le reclaman a Mikel Landa «atacar como Pogacar» para subirse al podium –casi nada– y exculparon a Beloki por sus años de vida en Lazcano.
El guipuzcoano de nacimiento pero alavés de corazón tomó protagonismo a las 19:00 horas. Subió al escenario a recoger el premio de embajador del ciclismo vitoriano y rememoró sus inicios. Se le antojó una bici en la tómbola de Beasain. «Roja, ruedas macizas, sin frenos, de piñón fijo... cada día estoy más seguro de que mis padres compraron la mayoría de boletos». Le tocó y le llevó a subirse al cajón de París en tres ocasiones.
Dos veces tercero y un segundo puesto en 2002. Debajo del estrado miraban obnubilados los integrantes del Iturribero, cuna ciclista del escalador de la ONCE, y del resto de escuelas. Todos con un objetivo. «Ganar», repetía el joven del Arabarrak desde la tarima. Pero sin el sueño de convertirse en profesionales. «Es que es muy duro...», respondían vivarachos Ainar Izquierdo y Aritz Aguirre, del K6.
Junto a Beloki, recibieron reconocimiento los clubes Eguzkilore, Amurrio, Arabarrak, Aranako, Foronda, Iturribero, K6, Ayala, la Sociedad Llodiana, Zuiano, Luyando-Ganzedo y Alimco-Campagnolo en un acto amenizado por Irene Caminos, quinta en el Mundial de trial de Abu Dhabi de este año. La tolosarra deleitó con sus saltos sobre bloques de palets con e hizo las delicias de los más txikis tras brincar con la bici por encima del joven osado Haimar. «La clave está en el equilibrio y la fuerza de los brazos», contó para ELCORREO.
Fue uno de los puntos álgidos tras el espectáculo ofrecido por Algara Dantza Taldea, que trató de combinar baile y bicicleta. La fiesta culminó con un gran espectáculo de luces y sonido, reproducido cada diez minutos de forma aleatoria hasta las 22:00 horas. También se iluminaron de amarillo las fachadas del Ayuntamiento, Diputación, parte de la Virgen Blanca, Quiosco de la Florida, Arquillos y las pérgolas de la Plaza de Santa Bárbara y Sancho El Sabio. El corte de cinta a al cuenta atrás.
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