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Ganador del Tour del Porvenir en 2013 y líder de la Vuelta en 2016, Rubén Fernández 'el escayolas' -por aquello del oficio de su padre- (Churra, 1991) estaba destinado a ser uno de los grandes de la nueva generación de ciclistas españoles. Pero su progresión ... se frenó a base de lesiones -fractura de estrés, de maxilar, clavícula, problemas musculares...- que le llevaron a asumir un papel secundario en el Movistar. Ahora, a sus 28 años, considera que su fichaje por la Fundación Euskadi le servirá para reencontrarse.
- ¿Cómo se presenta la nueva aventura?
- Se presenta muy bien, muy interesante. Llevamos un mes entrenando y tengo muchísimas ganas de empezar a competir.
- Pasa de un WorldTour como Movistar a un recién ascendido a Continental Pro como la Fundación Euskadi. ¿Es un paso atrás?
- Yo no lo veo así, hay que volver a reencontrarse con uno mismo. Ya a largo de esta última temporada me he encontrado bien, sin problemas, y ahora se trata de mantener esa continuidad y empezar con buen pie. Es el objetivo, empezar delante y disfrutar de las carreras, estoy seguro de que lo voy a conseguir.
- ¿Busca reencontrarse con su mejor versión?
- Sí, necesito recuperar esa línea que tracé al inicio de profesionales. Son equipos diferentes, en Movistar teníamos unos líderes claros como Valverde, Quintana o Mikel y había que trabajar para ellos, aquí es diferente, pero se trata de dejarse ver al máximo y ganarse el puesto.
- Además no ha tenido suerte estas temporadas con las lesiones.
- No, sobre todo estos últimos años. Desde que tuve la caída y la lesión de mandíbula fue un quiero y no puedo. Cuando tenía que estar no podía alcanzar ese nivel porque el cuerpo no me lo permitía, y cuando estaba en condiciones y los números salían en entrenamientos, no los reflejaba en competición.
- Es que no dejó de encadenar problemas.
- Se ve que todo lo que estaba programado que me pasara a lo largo de mi carrera deportiva se juntó casi en un año. Me pasó de todo. Fueron años muy jodidos para la cabeza, pero la familia, los amigos y el equipo me han apoyado al cien por cien para que estuviera tranquilo y pudiera solventar todos esos contratiempos.
- ¿Pensaba que no estaba cumpliendo con las expectativas que se habían generado tras su paso por aficionados?
- No, en eso no pensaba, solo en recuperarme lo antes posible, pero no podía ser. Quizá culpa en parte por mi cabeza, porque te vas autopresionando para querer estar de nuevo cuanto antes y eso complica las cosas. Somos así los deportistas de élite, nuestra cabeza nos exige más.
- Uno mismo lo complica.
- Es una bola, efectivamente, porque te metes presión aunque el equipo te diga que estés tranquilo. Somos nuestros propios rivales.
- ¿Tuvo que resetear para volver a arrancar?
- Hubo un momento de descanso donde eché la vista atrás y vi los errores que había cometido. Hemos analizado, hemos visto lo que no tenemos que repetir, y creo que tengo un panorama optimista de cara al futuro una vez que hemos hecho modificaciones en nuestros planteamientos.
- Pese a todo, su trayectoria en el Movistar le habrá servido para acumular experiencia rodeado de grandes ciclistas.
- La experiencia está ahí y de los errores se aprende. Eso te hace madurar de cabeza. Y además alrededor tenía unos líderes de los que he aprendido mucho. Valverde, Quintana, Landa... son corredores que llevan mucho tiempo y hay que coger lo mejor de cada uno para aprender, tienes que prestar atención a todos los detalles que te hacen mejorar.
- Precisamente en Movistar tenía a Landa de compañero. ¿Así surgió la opción de fichar por Euskadi?
- Hablé con Mikel, hemos corrido juntos en Movistar y él ya sabía mis características y lo que buscaba al hablar conmigo. Es el equipo de toda la vida, cuando yo empecé a correr en bici Euskaltel Euskadi se estaba peleando en el Tour con el US Postal de Armstrong y compañía. Me hacía realmente ilusión un cambio de aires y un proyecto nuevo donde volver a empezar, con compañeros nuevos. Estoy seguro que vamos a hacer un año muy interesante.
- ¿Qué le va a dar este cambio?
- Voy a disfrutar de nuevo. Quiero disfrutar, y si lo hago, seguro que todo lo demás sale.
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